Título original: School Killer (El vigilante). Año: 2001. País: España.
Género: Terror. Director: Carlos Gil. Guionistas:
Tino Blanco y Mercedes Holgueras. Intérpretes:
Carlos Fuentes, Olivia Molina, Zoe Berriatúa, Carmen Morales, Paul Naschy, Sergi
Mateu, Elena Candorcio, Kwenya Carreira, Manuela Velasco, Aitor Beltrán.
School Killer vendría a ser un frustrado (por lo ridículo del
resultado final) intento de imitar esas famosas películas juveniles de terror
de los 80 a lo Viernes 13 (Friday
the 13th). La trama se centra en un grupo de jóvenes que deciden organizar una
fiesta en un colegio abandonado. Colegio en el que ocurrieron unos macabros
asesinatos.
De aquí podría haber salido una
entretenida película de sangre y sustos a pesar de lo tópico de su guión, pero la
sucesión de despropósitos (final incongruente y tonto incluido) dan al traste
con ello. Para colmo de males las actuaciones son un completo desastre (es lo
que tiene el contratar a mediocres figurines de la cantera de Al salir de clase; y sí, ya sé que de
esa misma serie ha salido gente como Pilar López de Ayala o Leticia Dolera,
pero son la excepción que confirma la regla), con interpretaciones histéricas y
muy poco trabajadas. No ayuda que algunos de los protagonistas hayan sido
doblados, puesto que el contraste entre unos y otros es francamente cutre. La
música tampoco funciona (¿a quién se le ocurriría mezclar música heavy con otra
instrumental más propia de una fantasía épica que de una cinta de terror?).
Pero no todo va a ser malo:
algunas muertes están logradas (otras, por contra, no pueden ser más patéticas)
y la fotografía se adecúa perfectamente a lo que se espera del género, logrando
inquietar y convirtiéndose, con permiso del Sr. Naschy y por muy triste que
parezca, en lo mejor de la función.
Lo mejor: La formalidad con la que Naschy afronta este despropósito.
Lo peor: Es un subproducto del montón.
Puntuación: 2/10.
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