Título original: State of Affairs. Año: 2014. País: Estados Unidos. Género:
Intriga, Drama. Director: Joe
Carnahan. Guionista: Joe Carnahan. Intérpretes:
Katherine Heigl, Alfre Woodard, James Remar, Adam Kaufman, Sheila Vand, Chris
McKenna, Tommy Savas, Mark Tallman.
Katherine Heigl se ha convertido
en una de las personas más (injustamente) odiadas de Estados Unidos. Su un
tanto abrupta salida de la serie que le dio reconocimiento mundial, Anatomía de Grey (Grey’s Anatomy), y
sus no muy afortunados comentarios acerca de lo sexista que era Lío embarazoso (Knocked Up), el
supertaquillazo que protagonizó junto a Seth Rogen, han hecho que se granjee
fama de diva difícil. Pero yo le tengo cariño. Se lo tengo, entre otras cosas,
porque era mi personaje favorito de la archifamosa serie médica.
Heigl es la protagonista absoluta de State of Affairs (serie que, por su temática, ya ha sido comparada con la exitosa Homeland) y da vida a una agente de la CIA que vive atormentada por el brutal asesinato de Aaron (Mark Tallman), su prometido, en un atentado terrorista en Afganistán. La serie también se centra en la relación profesional y personal que mantiene con la madre de éste (Alfre Woodard), la presidenta de Estados Unidos. Ya en el primer capítulo vemos cómo el personaje de Heigl tiene que gestionar el secuestro de un doctor que guarda un parecido más que sospechoso con Aaron mientras trata de dar con el terrorista que acabó con la vida de su amado.
He de reconocer que me acerqué a
esta serie esperando lo peor: la trama no me llamaba nada la atención y veía la
participación de Heigl, a quien considero una actriz de lo más solvente, como
un gran error de casting. Una vez visto el episodio piloto sigo pensando que el
papel no le pega demasiado a la actriz, pero el ritmo que Carnahan imprime a la
narración y ciertas sorpresas del guión logran que no sea el horror que
imaginaba. Lamentablemente no son alicientes como para que me enganche a una
serie cuya trama no es, ni mucho menos, de mi estilo.
Lo mejor: El ritmo.
Lo peor: El tema no me interesa demasiado.
Puntuación: 5/10.
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