domingo, 3 de mayo de 2015

Anatomía de Grey y otras series que mataron a sus protagonistas

Shonda Rhimes, creadora de series tan populares como Scandal o Cómo defender a un asesino (How to Get Away with Murder), ya nos tiene acostumbrados a los fans de Anatomía de Grey (Grey’s Anatomy) a todo tipo de dramas. No en vano ya sólo quedan en la misma cuatro de los protagonistas iniciales. Y la mayoría de los que ya no están salieron de la longeva (¡va por su undécima temporada!) serie médica de no muy buenas maneras. 


Recapitulemos: al final de la tercera temporada Preston Burke (Isaiah Washington) dejaba plantada en el altar a Christina Yang (Sandra Oh) y también a todos los televidentes. El actor era despedido de forma tajante, y en parte gracias a la presión popular, tras salir a la luz cierta discusión con otro de los actores, T.R. Knight, al que éste insultaba de mala manera. La prensa más amarillista incluso llegó a señalar que Washington y Patrick Dempsey (el gran amor de la protagonista de la serie) llegaron, tras dicho incidente, a las manos.


El drama no había hecho más que empezar. Dos años más tarde era el propio Knight quien se retiraba, cansado de la poca trascendencia de su personaje durante los últimos capítulos. La solución de Rhimes: arrollar a su personaje, el cándido George O’Malley, con un autobús, dando lugar a uno de los episodios más trágicos y memorables. Mejor suerte (bueno, más o menos) corría Izzie (Katherine Heigl), quien tras “superar” un tumor cerebral decidía abandonar el hospital a mitad de la siguiente temporada. La suya, La de Heigl, fue una de las salidas más polémicas. En principio la actriz había firmado por otra temporada completa más, pero a mitad de la misma (ya antes había mostrado su descontento con las tramas que rodeaban a su personaje, llegando a “medio culpar” a los guionistas; yo iría más lejos y diría que directamente sabotearon a quien era, al menos para servidor, el corazón de Anatomía de Grey) decidía rescindir su contrato argumentando que quería dedicar más tiempo a su familia (en 2008 adoptó a una niña y a otra cuatro años después) y se granjeaba, de paso, la eterna enemistad de la que fuera su jefa. 


Pero las muertes orquestadas por la siempre sádica Rhimes no quedaron ahí (hay varios internos más o menos relevantes que también sucumbieron a sus letales guiones, pero tampoco veo la necesidad de mencionar a todos y cada uno de ellos). Al final de la octava temporada (ya al final de la séptima varios disparos casi acaban con Derek; sí que murieron un par de internos poco destacables), y tras un accidente de avión con el que la serie “saltaba sobre el tiburón” definitivamente, nos dejaba sin Mark Sloan (Eric Dane) y sin Lexie Grey (Chyler Leigh), la medio-hermana de nuestra protagonista: Meredith (Ellen Pompeo). Y con varios personajes (y espectadores) tocados (para mal) para siempre. 


Ahora (y tras la marcha, a otro país y con participación especial incluida del mismísimo Isaiah Washington, de Sandra Oh el año pasado; esto me recuerda que Kate Walsh también salió de Anatomía de Grey vivita y coleando, aunque lo hizo para seguir interpretando al mismo personaje en otra serie no demasiado memorable) le ha tocado el turno a Patrick Dempsey. Su personaje tenía (el pasado 23 de abril) un accidente de coche mortal (irónicamente el actor ha dejado Anatomía de Grey para dedicarse a su familia (sic) y a su gran pasión: las carreras de fórmula 1). La noticia nos pillaba medio por sorpresa. Y es que el actor había firmado por otro año más, pero era vox pópuli que estaba cansado de dedicarle tanta atención a la serie que revitalizó su carrera. Además, y para colmo, la noticia se filtró antes de tiempo por un error de Entertainment Weekly. El resultado: dejaba viuda a Meredith y, de paso, ponía a la inmensa mayoría de los fans en contra de Rhimes por enésima vez. ¿Acaso ésta desconoce que hay más maneras de dar salida a un personaje que matándolo? ¿Cuántas muertes y cuántos dramas nos quedan por sufrir a los que aún seguimos su serie? ¿Se podrá reponer ésta a la muerte de su protagonista masculino?


Son preguntas que, al menos de momento, quedan sin respuesta. Pero lo cierto es que Anatomía de Grey no es la primera serie que se queda huérfana de protagonista. Otras muchas también lo hicieron y siguieron adelante. Me vienen a la cabeza los casos de, por ejemplo, Dos hombres y medio (Two and a Half Men), en la que el productor Chuck Lorre se deshizo de Charlie Sheen tras varios encontronazos nada privados, o Embrujadas (Charmed), serie sobre tres hermanas hechiceras que se tuvo que reponer a la abrupta muerte de una de ellas (Shannen Doherty) al final de la tercera temporada (Rose McGowan llegó para cubrir la salida de Doherty, pero la serie nunca volvería a ser la misma). Aunque también es cierto que otras, como The O.C. tras la muerte de Marissa (Mischa Barton), no tardaron en ser canceladas. Luego están esas que, como Juego de tronos (Game of Thrones) o Pequeñas mentirosas (Pretty Little Liars), por citar dos diametralmente opuestas, tienen muertes potentes por exigencias de guión (adaptado). Pero esa es otra historia. P.D.: Shonda, te odio.

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