Título original: MacGyver. Año:
2016. País: Estados Unidos. Género: Acción.
Director: James Wan. Guionistas: Peter M. Lenkov y Paul
Downs Colaizzo (adaptando la serie creada por Lee David Zlotoff). Intérpretes:
Lucas Till, George Eads, Sandrine Holt, Vinnie Jones, Justin Hires, Tristin
Mays, Tracy Spiridakos, Don DiPetta, Alessandro Folchitto, Craig Newman.
Si hablamos de series de los
ochenta con exceso de testosterona son tres las primeras que nos vienen a la
mente: El equipo A (The A-Team), El coche Fantástico (Knight Rider) y MacGyver. La primera conoció una
versión cinematográfica de gran presupuesto (más de 100 millones de dólares) en
el año 2010; la segunda varios intentos de repetir la fórmula sin llegar a
calar en el público (entre ellas una especie de secuela en 1997 y un remake en
2008; ambas series fracasaron miserablemente). Ahora es MacGyver la que regresa a la palestra. Y lo hace en forma de serie
y con un secundario con muchas tablas en el medio: George Eads (C.S.I.).
James Wan, ídolo de los fanáticos
del cine de terror gracias a trabajos como Saw,
Insidious o Expediente Warren (The Conjuring), es el encargado de dirigir el
primer episodio, mientras que Lucas Till, Alex Summers/Havok en la última
trilogía de los X-Men, se encarga de
dar vida al nuevo MacGyver. El reparto se completa con un buen puñado de
rostros bonitos (de esos que no desentonarían en la portada de cualquier revista
de moda o belleza) y nulos recursos dramáticos.
Hay dos preguntas que todos los que
hayan llegado hasta aquí se estarán haciendo y voy a contestarlas de manera
rotunda: esta revisión de las aventuras del agente secreto de infinitos
recursos ni funciona ni era necesaria. Más cercana en intenciones a la saga cinematográfica
de Misión imposible (Mission: Impossible)
que a la serie original, MacGyver
falla por varios motivos: el nulo carisma de su (demasiado) joven protagonista,
la molesta (molestísima) voz en off o su anodina mezcla de acción, intriga y
comedia. No la salva de la quema ni el factor nostalgia.
Lo mejor: La presencia de Eads.
Lo peor: El guión.
Puntuación: 3/10.
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