miércoles, 26 de abril de 2017

La morada del miedo

Título original: The Amityville Horror. Año: 2005. País: Estados Unidos. Género: Terror. Director: Andrew Douglas. Guionistas: Sandor Stern y Scott Kosar (adaptando la novela de Jay Anson). Intérpretes: Ryan Reynolds, Melissa George, Phillip Baker Hall, Jesse James, Jimmy Bennett, Rachel Nichols, Chloë Grace Moretz.

Este remake de Terror en Amityville (The Amityville Horror), película de 1979, me recuerda a esas producciones de género (tipo Poltergeist) realizadas durante la década de los ochenta en las que primaban los sustos y los efectos visuales y se prescindía, casi por completo, de la sangre y las vísceras. 


La trama, basada en hechos reales llevados a la gran pantalla en multitud de ocasiones, gira en torno a una familia, liderada por George (Ryan Reynolds) y Kathy (Melissa George), que se traslada a una majestuosa mansión en la que tuvieron lugar unos horrendos crímenes. Huelga decir que los sucesos extraños no tardarán en sucederse… Como curiosidad señalar que nos encontramos ante el debut cinematográfico de Chloë Grace Moretz: (500) Días juntos (500 Days of Summer), Kick-Ass: Listo para machacar (Kick-Ass), Carrie.


La morada del miedo acumula el 100% de los tópicos inherentes a toda cinta sobre casas encantadas; haciendo hincapié en todo tipo de sustos visuales (siempre acompañados del consiguiente, y cansino, aumento de sonido). De entre los interpretes sobresale su pareja protagonista, Melissa George (Home and Away, Alias) y Ryan Reynolds (Deadpool), quien se pasa la mitad del tiempo, y casi sin venir a cuento, luciendo abdominales y pectorales (a los repelentes niños prefiero ni nombrarlos). Pero ni la (salvable) labor de éstos me ayuda a apreciar un trabajo como el que nos ocupa. Trabajo que no funciona ni como puesta al día de la película original. Una cosa tengo clara: los fans del gore, o de las películas de terror sobrenatural más adultas, no encontrarán demasiados alicientes en esta descafeinada producción.

Lo mejor: Su ajustada duración.

Lo peor: Su marcado carácter de producto prefabricado.

Puntuación: 3,5/10.

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