lunes, 18 de septiembre de 2017

Los ojos de Julia

Título original: Los ojos de Julia. Año: 2010. País: España. Género: Terror. Director: Guillem Morales. Guionistas: Guillem Morales y Oriol Paulo. Intérpretes: Belén Rueda, Lluís Homar, Julia Gutiérrez Caba, Pablo Derqui, Francesc Orella, Daniel Grao, Hèctor Claramunt, Joan Dalmau.

Tras la excelente acogida de El orfanato, Belén Rueda regresaba al cine de terror con esta cinta que poco o nada tenía que ver (por sorprendente que parezca) con el largometraje de Bayona (por mucho que fuese vendida como cinta de terror sobrenatural) y que, en cambio, parecía homenajear al giallo italiano visibilizado/popularizado por nombres propios como los de Dario Argento o Mario Bava.


La historia da inicio con el aparente suicidio de Sara (Belén Rueda) y con la posterior investigación que su hermana, Julia (también interpretada por Rueda), lleva a cabo para averiguar qué sucedió realmente. Para complicar aún más las cosas, la enfermedad degenerativa que padece esta última, y que dejó ciega a Sara, comienza a mostrar claros síntomas de empeoramiento. Lluís Homar (La mala educación, Los abrazos rotos), el otro gran pilar (interpretativamente hablando) de la película (con permiso de Julia Gutiérrez Caba, compañera de Rueda en la teleserie Los Serrano y vista en películas como You’re the One, por la que se hizo con el Goya correspondiente a mejor actriz de reparto), da vida a Isaac, el marido de Julia.


Como decía al principio, Los ojos de Julia no es una película de terror sobrenatural propiamente dicha; lo correcto sería indicar que estamos ante un giallo en toda regla. Aunque lo cierto es que Morales no sólo se fija en figuras como las de Argento (Suspiria, Phenomena) y compañía para dar cuerpo a su película; va un poco más lejos y trata de emular al mismísimo Hitchcock. Base no le falta al realizador, pero la cinta sufre por culpa de su desenlace (repleto de incongruencias), por un reparto siempre al borde de la sobreactuación (algo que, en ocasiones como las que nos ocupa, no es algo que deba preocuparnos en demasía) y por un metraje que se antoja ciertamente excesivo. Lastres que Morales sortea regalándonos, acá y allá, escenas tan grotescas como tramposas y que agradarán al público al que parece ir destinado esta rareza en forma de trabajo de género (de uno de mis géneros favoritos, dicho sea de paso).

Lo mejor: Algunas de sus secuencias más disparatadas (sirva como ejemplo cierta escena protagonizada por un nutrido puñado de ciegas o aquella otra en la que un médico, al que, en un principio, no vemos el rostro, da la réplica a Julia).

Lo peor: Tratar de buscarle sentido a todo lo que ocurre en una cinta de estas características. ¡Error!

Puntuación: 6/10.

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