martes, 20 de febrero de 2018

Legión

Título original: Legion. Año: 2010. País: Estados Unidos. Género: Fantasía, Terror. Director: Scott Stewart. Guionistas: Scott Stewart y Peter Schink. Intérpretes: Paul Bettany, Dennis Quaid, Lucas Black, Tyrese Gibson, Kate Walsh, Doug Jones, Adrianne Palicki, Kevin Durand, Jon Tenney, Willa Holland, Charles S. Dutton, Jeanette Miller.

Legión, que nada tiene que ver con el personaje de Marvel, ni con la curiosa serie inspirada en él, es una cinta que mezcla géneros (básicamente terror y fantasía) y que, para nuestra sorpresa, cuenta con un reparto bastante destacable (destacable por quiénes son, no por su labor interpretativa, la cual se reduce a, básicamente, poner cara de “¿qué **** hago yo aquí?”. Los de Dennis Quaid (Frequency), Paul Bettany, Visión en las películas del UCM (aka Universo cinematográfico de Marvel), Lucas Black, visto en varias entregas de A todo gas (The Fast and the Furious), Jon Tenney (de la televisiva The Closer), Tyrese Gibson, habitual en sagas como la ya mencionada A todo gas o Transformers, o Kate Walsh, famosa gracias a las series Anatomía de Grey (Grey’s Anatomy), Sin cita previa (Private Practice) o, más recientemente, Por 13 razones (13 Reasons Why), son algunos de los rostros conocidos con los que nos toparemos en esta cinta. Y ya de paso, y aunque no venga mucho a cuento, aprovecho para alabar y reivindicar la labor de Walsh en la última serie mencionada. Y eso que yo era de los que detestaba a Addison Montgomery, su personaje en las otras dos series destacadas; pero, claro, una cosa no quita a la otra.


La sinopsis de Legión es toda una declaración de intereses: Dios, hastiado de tanta amoralidad, decide mandar a toda una legión (¡yeah!) de ángeles con la única misión de liquidar, sin piedad, a todo ser humano (¡toma ya!). Michael (Paul Bettany), un arcángel que reniega de tan drástica decisión, se atrinchera junto a un grupo de humanos en un local perdido en medio de la nada y regentado por Bob (Dennis Quaid), con la esperanza de que el nacimiento del niño de la camarera del lugar, Charlie (Adrianne Palicki), sirva de catarsis y Dios cambie de parecer (sic). A destacar escenas tan hilarantes/desconcertantes como aquella en la que una aparentemente dulce ancianita, llamada Gladys (Jeanette Miller), se dedica a lanzar toda suerte de improperios antes de atacar brutalmente a nuestros protagonistas (un tipo de escena que se sucede, cambiando a la anciana por otros personajillos, niños incluidos, a lo largo de todo el metraje). Scott Stewart, también co-guionista, es el director de este curioso esperpento (debutó en la dirección de largometrajes con él).

  
Con un presupuesto que rondó los 25 millones de dólares, Legión se queda lejos de ser catalogada como un intento de blockbuster (aunque hay que reconocer que no le fue tan mal en taquilla, ya que recaudó, sólo en estados Unidos, unos 40 millones; algo inexplicable, desde mi punto de vista), pero tampoco valdría definirla como Serie B, por mucho tufillo cutre y hasta risible que desprenda (y que la asemejan irremediablemente a ese tipo de subproductos). La película nos ofrece su buena ración de posesiones, escenas sanguinolentas y hasta alguna que otra mandíbula desencajada (¡y no sólo la de sus sufridos espectadores!), pero también unos diálogos que provocan vergüencita ajena y una trama extrañamente farragosa (con incógnitas que nunca son resultas, como, por ejemplo, la identidad del progenitor del hijo de la camarera) en la que todo vale y en la que todo tiene cabida (es lo que tiene mezclar géneros y meter con calzador escenas de acción con otras más propias del cine de terror). Curiosidad: existe una secuela, en forma de serie, y que tal sólo se mantuvo en antena (concretamente en el canal SyFy) dos temporadas, cuya acción trascurría en un futuro post-apocalíptico (25 años después de los acontecimientos vividos en Legión) y que narraba la batalla sin cuartel que mantenían los humanos contra un ejército de ángeles liderado por el arcángel Gabriel (Carl Beukes). Su nombre: Dominion.

Lo mejor: Es un bodrio tan pasado de vueltas como, gracias a ello, entrañable.

Lo peor: Es un bodrio tan pasado de vueltas como, gracias a ello, entrañable.

Puntuación: 2/10.

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