lunes, 24 de junio de 2019

Bonding (Temporada 1)

Título original: Bonding. Año: 2019 (Temporada 1 de Bonding). País: Estados Unidos. Género: Comedia. Creador: Rightor Doyle. Intérpretes: Zoe Levin, Brendan Scannell, Micah Stock, Theo Sotckman, Kevin Kane, Stephanie Styles, Gabrielle Ryan, Charles Gould, Alex Hurt, Matthew Wilkas, D’Arcy Carden.

Bonding, la serie de la que voy a hablar hoy, pasó de ir presentándose en sociedad, y ganándose un buen boca-oreja, en algún que otro festival a engrosar el catálogo de la todopoderosa Netflix. Y eso que, así de primeras, no se presenta como un producto típico de la plataforma, ya que estamos hablando de una especie/suerte de webserie (a lo Paquita Salas, serie que también captó Netflix, por cierto; aquí mi crítica de su primera temporada y aquí la correspondiente a la segunda) de capítulos de corta duración (de poco más de 15 minutos; ¡viva!) y temática irreverente.

 
Y digo lo de temática irreverente porque la protagonista femenina, Tiff (Zoe Levin), es una joven estudiante que se gana la vida trabajando como dominatrix, mientras que el mejor amigo de ésta, Pete (Brendan Scannell, visto en la serie Heathers, peculiar adaptación televisiva de la película de culto; aquí mi crítica de su primera capítulo y aquí la correspondiente a su estupenda primera temporada), quien acaba de salir del armario, terminará ayudándola en tan particular oda laboral.


El sexo (en su versión más underground; pero visto siempre desde una perspectiva cómica que logra quitar hierro al asunto haciéndolo, de paso, mucho más accesible para casi todo tipo de público) juega, en Bonding, un papel destacable. En ese aspecto viene a unirse a dos (igualmente interesantes; igualmente recomendables) producciones recientes en la que el mismo tiene un rol relevante: Sex Education y su visión desprejuiciada y didáctica (dicho esto como todo un piropazo) y la infinitamente más bizarra, la más de las tres, Now Apocalypse, del siempre excéntrico Gregg Araki). La amistad (la establecida entre Tiff y Pete) también goza de mucha relevancia aquí. Relevancia que debería gozar su muy estupenda pareja protagonista. Pareja protagonista que funciona como perfecto pilar de la serie (¡nadie tan sincronizado para el tono que requiere esta serie como Scannell!). Todo ello, así como su ajustadísima duración, hacen de Bonding una serie la mar de recomendable; una estimable rareza para los cánones de Netflix.

Lo mejor: Su duración, su estrafalaria comicidad y su pareja protagonista (a destacar, en especial, la vis cómica de Brendan Scannell, un talento a tener en cuenta al que servidor, y no es por presumir, ya había descubierto gracias a la ya nombrada Heathers).

Lo peor: Un último capítulo (señalar que esta primera temporada se compone de sólo siete capítulos) cuyo tono poco tiene que ver con el del resto y que, al igual que sucedía con el de Girls, me ha dejado un tanto descolocado (señalaré, para aclarar, que el de la serie de Lena Dunham me dejó infinitamente más chafado; el de Bonding no está mal pero no me parece el mejor fin de temporada).

Puntuación: 7/10.

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