Título original:
Pieles. Año: 2017. País: España. Género:
Drama, Comedia Negra. Director: Eduardo Casanova. Guionista:
Eduardo Casanova. Intérpretes: Ana Polvorosa, Candela
Peña, Macarena Gómez, Carmen Machi, Secun de la Rosa, Jon
Kortajarena, Joaquín Climent, Enrique Martínez, Itziar Castro, Eloi
Costa, Carolina Bang.
Resulta curioso el
devenir artístico, tras las cámaras, de algunos de los intérpretes
de la popular, y tipical (y
muy tópica) spanish, sitcom Aída:
Paco León con esa suerte de falsos documentales a mayor gloria de
su progenitora, o con la estupenda Kiki, el amor se hace
(remake de una película australiana); Eduardo Casanova
convirtiéndose en el nuevo enfant
terrible de nuestra
cinematografía (sic).
Pieles es el
traslado a larga duración del corto, también del propio Casanova,
Eat My Shit. Protagonizado por Ana Polvorosa (compañera de
Casanova en la mencionada Aída;
en Pieles también
participan otros intérpretes de la serie, como Carmen Machi o Secun
de la Rosa), Eat My Shit nos muestra cómo Instagram
censura, tachándolo de “contenido sexual”, un selfie del
personaje de Polvorosa. Y es que resulta que Samantha, que es como se
llama la chica, tiene... un ano en lugar de boca... En Pieles
nos reencontramos con Samantha, pero también con una pequeña
colección de personajes peculiares (ejem), todos ellos protagonistas
de un mundo rosa (puesto que rosa es el color que predomina en la
película). Itziar Castro, nominada al Goya, en la categoría de
mejor actriz revelación (Pieles obtuvo otras dos
nominaciones: mejor actor revelación, para Eloi Costa, y mejor
maquillaje y peluquería), también había actuado previamente en la
susodicha Eat My Shit.
En realidad, las
provocaciones de Pieles no son precisamente novedosas.
Casanova se destapa como una suerte de mezcla entre John (Waters) y
Pedro (Almodóvar); Pieles bebe de las primeras, y más radicales,
propuestas de ambos cineastas. La diferencia: esta película
está a años luz, a nivel visual, de las muy amateuristas Pink
Flamingos o Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón.
Puede que su discurso sea más llamativo que efectivo, o que a
Casanova se le vea el plumero (las sutilezas no son lo suyo), pero la
buena labor de un reparto entregado o cómo se disocia (de manera
muy radical) lo visual de lo narrativo hacen de Pieles una
obra de esas que merecen, al menos, su huequecito.
Lo mejor: Un
discurso propio a base de retazos ajenos (sí, sé que suena
contradictorio).
Lo peor: Es
muy desagradable y, a veces, uno siente que se esfuerza sobremanera
en su afán por epatar.
Puntuación: 6/10.
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