Título original: Pecker. Año:
1998. País: Estados Unidos. Género: Comedia
Negra. Director: John Waters. Guionista: John Waters. Intérpretes: Edward Furlong, Christina
Ricci, Lili Taylor, Mary Jay Place, Martha Plimpton, Bess Armstrong, Mark Joy, Brendan
Sexton III, Mink Stole, Patricia Hearst, Jean Schertler.
Pecker (Edward Furlong) es un
joven aficionado a la fotografía que disfruta retratando su entorno. Su talento
no tardará en pasar desapercibido entre los más elitistas y snobs, quienes parecen
encontrar en su obra algo original y novedoso (¿será esto una burla del bueno
de Waters, director de culto del cine trash,
hacia algunos de sus fans?). Pero para nuestro protagonista será difícil
combinar su vida cotidiana con su nueva posición como fotógrafo de moda.
La película podría pasar por una especie de biografía de Waters, quien, al igual que le sucede al personaje de Furlong (cambiando fotografía por cine, claro), pasó de ser un excéntrico cineasta especializado en mostrar lo más desagradable (sirva como ejemplo la imagen de Divine, su gran musa, comiéndose un excremento en Pink Flamingos, película que, todavía hoy, he sido incapaz de ver entera) a ser acogido por Hollywood y realizar películas con Kathleen Turner o Johnny Depp (antes de despuntar, contra todo pronóstico, como gran estrella de su generación).
Dejando de lado los símiles entre lo que nos narra esta cinta y la vida del director, lo cierto es que el humor de la misma (menos soez que el de sus primeros trabajos pero todavía marcado por cierta incorrección), los actores o lo entrañables que resultan algunos personajes hacen que su visionado valga la pena aunque no ofrezca realmente nada nuevo.
La película podría pasar por una especie de biografía de Waters, quien, al igual que le sucede al personaje de Furlong (cambiando fotografía por cine, claro), pasó de ser un excéntrico cineasta especializado en mostrar lo más desagradable (sirva como ejemplo la imagen de Divine, su gran musa, comiéndose un excremento en Pink Flamingos, película que, todavía hoy, he sido incapaz de ver entera) a ser acogido por Hollywood y realizar películas con Kathleen Turner o Johnny Depp (antes de despuntar, contra todo pronóstico, como gran estrella de su generación).
Dejando de lado los símiles entre lo que nos narra esta cinta y la vida del director, lo cierto es que el humor de la misma (menos soez que el de sus primeros trabajos pero todavía marcado por cierta incorrección), los actores o lo entrañables que resultan algunos personajes hacen que su visionado valga la pena aunque no ofrezca realmente nada nuevo.
Lo mejor: La abuela del protagonista (Jean Schertler).
Lo peor: Le falta un pelín de mala leche.
Puntuación: 6,5/10.
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