Título original: Gordos. Año: 2009. País: España. Género: Drama,
Comedia. Director: Daniel Sánchez
Arévalo. Guionista: Daniel Sánchez
Arévalo. Intérpretes: Antonio de la
Torre, Raúl Arévalo, Roberto Enríquez, Verónica Sánchez, Leticia Herrero, Pilar
Castro, Teté Delgado, Fernando Albizu, Marta Martín, María Morales, Oliver
Morellón, Adam Jezierski.
Una terapia de
grupo como cura a la obesidad le sirve de excusa a Daniel Sánchez Arévalo para
crear una tragicomedia coral en torno a un grupo de esperpénticos personajes: Enrique
(Antonio de la Torre) anunciaba un producto adelgazante, pero al ganar cierto
peso termina perdiendo (obviamente) su empleo, Andrés (Fernando Albizu) está
feliz con su cuerpo, pero teme los problemas de salud que su sobrepeso le pueda
ocasionar, Leonor (María Morales) quiere volver a adelgazar antes de que su
novio vuelva de viaje y Sofía (Leticia Herrero), a punto de casarse con su
ultrareligioso novio, no puede estar más a disgusto con su cuerpo. Por otro
lado tenemos a Abel (Roberto Enríquez), quien dirige la terapia con métodos
poco ortodoxos. Además, él mismo tiene problemas en casa puesto que su mujer
(Verónica Sánchez) está embarazada y ello parece estar pasando factura a su
relación.
Como se puede comprobar tras lo leído, el plantel interpretativo es de lo más
llamativo. Pero el trabajo de los actores se divide entre lo correcto (Raúl Arévalo,
Verónica Sánchez, Pilar Castro, Leticia Herrero, Roberto Enríquez…) y lo flojo
(Adam Jeziersky, repitiendo su papel de Física
o química, o Antonio de la Torre; y sí, sé que con esta última afirmación,
y no sólo porque el actor se hiciese con varios reconocimientos por su trabajo
aquí, incluida una nominación a los premios Goya, me pueden llover piedras,
pero, por muy loable que me parezca que engordara para el papel, su pausada
forma de recitar los diálogos me irrita y me saca completamente de la
película).
Pero no es en las interpretaciones en donde hallamos el punto más débil de Gordos. Dicho “mérito” recae en la irregularidad de algunas de sus múltiples historias. Dicho de otra manera, por cada historia o personaje interesante Sánchez Arévalo no “obsequia” con otra que incluye situaciones absurdas y excesos varios sin necesidad. Muchas no son satisfactorias por su devenir (me viene a la cabeza la historia de Abel), por lo ridículo y forzado de las situaciones (lo que le sucede a Enrique) o por sus continuas (e innecesarias) vueltas de tuerca (la familia disfuncional de Andrés). Pero no todo es malo. Se agradece la eficiente labor de dirección (con planos cuidados e interesantes), la presentación de personajes y escenas como aquellas que tienen que ver con el Cristo que luce en la oscuridad (y que resultan tan delirantes como absurdas). Gordos es, en definitiva, una película entretenida. El problema es que me esperaba más de este trabajo tras tantas alabanzas obtenidas. Y es que la película se hizo con el Goya a mejor actor de reparto (para Raúl Arévalo) y obtuvo otras siete nominaciones: mejor actor principal (Antonio de la Torre), mejor actriz de reparto (Pilar Castro y Verónica Sánchez), mejor actor relevación (Fernando Albizu), mejor actriz revelación (Leticia Herrero), mejor guión original y mejor montaje.
Lo mejor: Es entretenida y
loable su mezcla de comedia y drama.
Lo peor: Alguna interpretación
y, sobre todo, la sensación de que Sánchez Arévalo no sabe cómo finiquitar
algunas de las tramas.
Puntuación: 5,5/10.
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