Pagafantas

Título original: Pagafantas. Año: 2009. País: España. Género: Comedia. Director: Borja Cobeaga. Guionistas: Borja Cobeaga y Diego San José. Intérpretes: Gorka Otxoa, Julián López, Sabrina Garciarena, Kiti Mánver, Óscar Ladoire, María Asquerino, Ernesto Sevilla, Santi Ugalde, Michel Brown, Teresa Hurtado de Ory, Bárbara Santa-Cruz.

Pagafantas: dícese de la persona que sólo consigue ser vista desde el prisma de la amistad por aquel o aquella a quien ama. Huelga señalar que el protagonista de esta película es, claro, un pagafantas. 

 

Sinopsis: Chema (Gorka Otxoa) ha terminado una relación de cinco años cuando conoce de casualidad a Claudia (Sabrina Garciarena); su atracción hacia ella es inmediata. Todo parece transcurrir óptimamente, pero ella sólo parece buscar su... amistad. El joven tratará de demostrar, con la ayuda de Jaime (Oscar Ladoire), su “tío” y jefe, además de pagafantas enamorado (nada secretamente) de la madre del propio Chema (Kiti Mánver), que puede ser algo más que eso, aunque sea cayendo en el más grande de los ridículos durante el proceso.

Cobeaga dirige y escribe (junto a Diego San José) la historia de un perdedor con el que cualquiera puede sentirse (aunque sea mínimamente) identificado. Y lo hace sin caer en groserías. Y, aunque en alguna ocasión parezca írsele de las manos, consigue que predomine el tono amable, lo que la hace más apetecible que otras producciones cómicas similares. A ello también ayuda la interpretación de Gorka Otxoa, quien convierte a su personaje en un ser entrañable a pesar de sus mentiras y forma de actuar ante determinados dilemas (véase la manera en que trata a su ex-novia, otra pagafantas de la película). En manos de otro actor hubiese sido más complicado. Lo mismo cabría decir de Oscar Ladoire, estupendo en la piel del eterno perdedor. Pagafantas es, gracias a todo ello, una entretenida comedia de buenas intenciones y correctos resultados.

Lo mejor: Su tono amable, casi inofensivo.

Lo peor: Algunas escenas en las que se hace hincapié, de manera innecesaria, en el patetismo de su protagonista masculino.

Puntuación: 5/10.