domingo, 7 de septiembre de 2025

Los hombres que miraban fijamente a las cabras

Título original: The Men Who Stare at Goats. Año: 2009. País: Estados Unidos. Género: Comedia. Director: Grant Heslov. Guionista: Peter Straughan (adaptando el libro de Jon Ronson). Intérpretes: George Clooney, Ewan McGregor, Kevin Spacey, Jeff Bridges, Robert Patrick, Stephen Lang, Nick Offerman, Rebecca Mader.
 
Basada (muy libremente, por lo visto) en un libro que pormenoriza cómo un ala del ejército se dedicó, ya desde los 70, a preparar a un grupo de soldados para que ejercitara su poder mental, Los hombres que miraban fijamente a las cabras (¡casi nada!) se beneficia de la participación de un cuarteto de intérpretes (Clooney, McGregor, Bridges y Spacey) de primer orden.
 
 
La historia comienza cuando un periodista llamado Bob Wilton (Ewan McGregor) decide viajar hasta Iraq para demostrar su valentía tras una ruptura amorosa. Allí conocerá a Lyn Cassady (George Clooney), de quien ya había oído hablar por haber sido uno de los miembros más destacados de cierto ejercito especializado en explotar el poder de la mente. Así, Bob acabará uniéndose a Lyn en una misión secreta que éste trata de llevar a cabo…
 
 
El humor absurdo y surrealista del que hace gala la película me recordó muchísimo al que suelen ofrecer los hermanos Coen en sus trabajos (si esta cinta hubiese estado firmada/filmada por ellos, las críticas, sobre todo las especializadas, no hubiesen sido tan desiguales). De todas maneras, lo cierto es que llegados a cierto punto el guión, cuya narración en presente y pasado (así como el, generalmente facilón, uso de la voz en off) resulta de lo más notable, se dispersa en demasía con su crítica antimilitarista (por obvia y tontorrona) y su surrealismo (sirva como ejemplo todo el acto final), hasta tal punto que sólo los actores son capaces de salvar la función (mención especial merece el siempre eficaz Clooney, genial en su labor). El resultado final es interesante pero no del todo satisfactorio.
 
Lo mejor: Me gusta mucho su escena final. Y hasta aquí puedo leer.
 
Lo peor: Una comicidad un tanto dispar y que funciona sólo parcialmente.
 
Puntuación: 5,5/10.

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