Título
original: The Lost Treasure of the
Grand Canyon. Año:
2008. País: Canadá. Género:
Aventuras, Fantasía. Director:
Farhad Mann. Guionista: Clay
Carmouche. Intérpretes:
Shannen Doherty, Michael Shanks, JR Bourne, Heather Doerksen, Duncan
Fraser, Toby Berner, Peter New, Peter Kent, Byron Chief-Moon.
Por norma general, las
producciones televisivas (sobre todo antes de que llegasen las
plataformas a nuestras vidas) siempre han contado con un presupuesto
más bien ajustado; ello se nota todavía más cuando dichos
productos se enmarcan dentro del género fantástico. Para validar
esta teoría sólo habría que ojear esta película. Shannen Doherty
interpreta en la misma a Susan Jordan, una joven arqueóloga que une
un ecléctico grupo para ayudarla a encontrar a su padre (Duncan
Fraser), perdido durante una expedición y supuestamente secuestrado
por unos guerreros aztecas, los cuáles veneran a un sanguinario
monstruo alado.
El planteamiento es bien sencillo, tanto como
simple es la historia que se nos cuenta: una aventura al uso
(salpicada por un ligero toque gore) que sufre no sólo de unos
diálogos tontorrones, sino también de una dirección ciertamente
desafortunada. Y es que Mann, el que fuera director y co-guionista de
la infame El cortador de césped II: Más allá del ciberespacio
(Lawnmower Man II: Beyond Cyberspace), demuestra su ineficacia a la
hora de rodar las escenas de acción, resultando estas tremendamente
estáticas, algo que obviamente no hace ningún bien a una película
de estas características. Ante tal panorama poco pueden hacer los
actores, los cuáles se muestran terriblemente perdidos la mayor
parte del tiempo, siendo tan sólo destacables algunas escenas
puramente paródicas (por ejemplo aquella en la que Susan se lava
ante indiscretas miradas), lo que vendría a confirmar que la
película funciona mejor cuando no se toma en serio a sí misma.
Pero no todo es malo, técnicamente (y teniendo en cuenta las
limitaciones del medio) el resultado es bastante correcto; (muy)
mejorable pero correcto. Así, nos encontramos con una buena
fotografía (si bien, es cierto que debería ser más oscura y con
más grano, lo cuál además ayudaría a "ocultar" ciertos
errores), una banda sonora aceptable (y a la que sólo le falta un
ligero toque épico) y una dirección artística bastante lograda (a
pesar de que los decorados deberían lucir más avejentados). Con una
buena reescritura, un director más dotado y, claro, mayores medios
se podría haber conseguido un productor más que digno para la
pequeña pantalla.
Lo mejor: Cuando
no se toma en serio a sí misma.
Lo peor: La
película tropieza en su planteamiento respecto a las escenas de
misterio y acción; así, los enigmas que deben descifrar para salir
de la pirámide (véase la escena en la que tienen que colocar tres
piedras a la vez para abrir una puerta secreta…) resultan pueriles,
mientras que las escenas de acción están torpemente rodadas (Susan
derribando con un golpe de piedra a un conocido que les estaba
disparando por error). Pero también habría que reconocer alguna
otra de lo más eficiente, por ejemplo cuando Jacob (Michael Shanks,
quien interpreta a Daiel Jackson en las series de Stargate)
hace creer que se ha arrancado el corazón.
Puntuación: 3/10.


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