Título
original: Silent Hill. Año:
2006. País: Canadá. Género:
Terror. Director:
Christopher Gans. Guionistas: Roger
Avary, Rober Roberts, Christophe Gans y Nicholas Boukhrief.
Intérpretes:
Radha Mitchell, Laurie Holden, Sean Bean, Deborah Kara Unger, Tanya
Allen, Alice Krige, Jodelle Ferland, Kim Coates.
Basada en la popular saga
de videojuegos, Silent Hill nos presenta a Sharon (Jodelle
Ferland), una niña con problemas de sonambulismo. Sus padres
adoptivos, Rose (Radha Mitchell) y Christopher (Sean Bean), están
muy preocupados por dicho problema y por algo que la niña suele
repetir cuando se encuentra en dicho estado: Silent Hill. Tras
investigar sobre el lugar, Rose decide marcharse con Sharon allí y
sin el consentimiento de su marido. Su pesadilla acaba de comenzar…
Casi todos los intentos de trasladar un videojuego a las
pantallas de cine han sido decepcionantes, por no decir mediocres.
Silent Hill no es una excepción (aunque es uno de los casos
menos terribles). Si bien, lo cierto es que la película tiene la
virtud de contar con una excelente ambientación (sin duda lo mejor
de la misma, atención especial merece la continua lluvia de ceniza)
y unos efectos especiales destacables. Por desgracia, dichos efectos
especiales acaban por ser también uno de sus defectos, ya que se
podría decir que a la película le sobran efectismos y le faltan
sustos y truculencias.
Pero la mayor traba de la película la
encontramos en unos (la mayor parte del tiempo) ridículos diálogos
(insufribles los gritos de la protagonista durante buena parte de la
introducción), así como un farragoso guión que se extiende hasta
las dos horas (algo fácilmente evitable; a la película le sobran
tranquilamente unos quince minutos de chillos insustanciales). En
fin, otro intento de sacar rédito de un producto de éxito que se
salda con irregulares resultados.
Lo mejor: La
ambientación.
Lo peor: Por
momentos me parece estar ante el episodio piloto de una serie bien
fallida.
Puntuación: 4,5/10.
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