Título
original: Saw III. Año:
2006. País: Estados Unidos. Género: Terror.
Director: Darren Lynn Bousman. Guionista: Leigh
Whannell. Intérpretes:
Tobin Bell, Shawnee Smith, Angus Macfadyen, Bahar Soomekh, Dina
Meyer, Debra McCabe, Barry Flatman, Donnie Wahlberg, Costas Mandylor,
Leigh Whannell.
A la tercera no va la
vencida, porque esta nueva entrega de la saga que puso de moda el
torture porn es bastante peor que las anteriores. Y eso que
las dos primeras me parecieron simplemente correctas (tal vez por mis
altas expectativas, propiciadas por un entorno encantado con las
mismas; sobre
todo con la primera, claro).
El imposible
protagonista de la cinta sigue siendo Jigsaw (Tobin Bell), cuyo
estado de salud cada vez más precario no le impide continuar con sus
macabros juegos, los cuales consisten en torturar (casi siempre hasta
la muerte) a aquellos cuyos pecados les impiden llevar una vida
saludable o productiva (sic). Para llevarlos a cabo cuenta con la
inestimable ayuda de Amanda (Shawnee Smith), una perturbada que
anteriormente había sido una de sus múltiples víctimas.
Con
esta tercera entrega ya sentí que, para servidor, la saga se sentía
agotada (¡y mira que le quedaba vida!), porque esta secuela no
aportó nada; porque no es una película que dé miedo (sólo asco,
como bien apuntaba el personaje de Shenae Grimes en Scream
4); porque sus personajes son patéticos títeres a
merced de una historia que no se sostiene por ningún lado. Además,
¿por qué el director siente la necesidad de dar tantísimas
explicaciones? ¿Se pensará que somos tontos? En fin…
Lo mejor: El
desenlace para un par de personaje. Y no, claramente no voy a
desvelar cuáles (sic). Y sí, podria ser cualquiera de ellos, ya que
todos (me) caen bastante mal (incluso las víctimas...).
Lo peor: Me
desenganchó por completo de la franquicia.
Puntuación: 3/10.
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