sábado, 1 de febrero de 2025

Última noche en el Soho

Título original: Last Night in Soho. Año: 2021. País: Reino Unido. Género: Terror, Intriga. Director: Edgar Wright. Guionistas: Krysty Wilson-Cairns y Edgar Wright. Intérpretes: Thomasin McKenzie, Anya Taylor-Joy, Matt Smith, Terence Stamp, Diana Rigg, Rita Tushingham, Synnove Karlsen, Sam Claflin, Colin Mace.
 
Edgar Wright es un realizador que ha tocado casi todos los palos. Se hizo notar colaborando con el tándem Simon Pegg-Nick Frost. Dichas colaboraciones explosionaron en dos títulos cinematográficos que mezclaban géneros: el terror y la comedia, en la popular Zombies Party (Shaun of the Dead), y la acción (a lo buddy movies) y la comedia, en la menos lograda (pero con su sólida base de fans) Arma fatal (Hot Fuzz). Tras ellas, su filmografía incluye títulos tan dispares como Scott Pilgrim contra el mundo (Scott Pilgrim vs. the World), adaptación de los cómics de mismo título y convertida, al igual que su base, en trabajo de culto (aunque servidor ha de confesar que no es demasiado fan), la catastrofista (de nuevo apoyándose en el género cómico) Bienvenidos al fin del mundo (The World's End), y Baby Driver, la más interesante (al menos para el que esto escribe), un excéntrico thriller de acción en el que la música juega un papel importante (y no sólo porque mi querida Sky Ferreira tenga un papelito en la misma).
 
 
Última noche en el Soho es su primer largometraje en prescindir realmente de la comedia (todos los anteriores, en mayor o menos medida, coqueteaban con dicho género); aquí a lo que se arrima es al clásico giallo; al giallo de Argento; a títulos como Suspiria (véase, sin ir muy lejos, el sobresaliente uso de los colores, azul y rojo especialmente, que hace Chung Chung-hoon, el director de fotografía). La historia tiene como protagonista a una joven apocada, Eloise (Thomasin McKenzie), que, tras mudarse a Londres para estudiar moda, comienza a tener visiones; visiones que la meten en la piel de una chica (Anya Taylor-Joy) que, durante los 60, ansía triunfar como cantante.
 
 
Pero el trabajo de fotografía no es lo único que brilla aquí. También lo hace su fantástico reparto: Smith y Stamp tienen el porte adecuado para sus respectivos roles, pero son McKenzie y Taylor-Joy las que, por méritos propios, se merecen todos los alabos, ya que sobresalen en cada una de sus intervenciones (la compenetración entre ambas es altamente palpable, véan la escena de baile). Que no me termine de funcionar como película pura de terror (los sustos están contados y no son de los que te sobresaltan o te mantienen en tensión) o que desvelar su misterio peque de facilón no evita que esta Última noche en el Soho se convirtiese, con permiso de Una joven prometedora (Promising Young Woman), en la película que más me gusto el año que la disfruté. Fue el último trabajo de Diana Rigg, chica Bond cuyo rostro se hizo popular entre los televidentes de los 60, gracias a la teleserie Los Vengadores (The Avengers), y a la que volvimos a ver más recientemente en la omnipotente Juego de tronos (Game of Thrones), donde dio vida a la estratega (y carismática) Lady Neville.
 
Lo mejor: Las protagonistas y el estupendo trabajo visual y sonoro. Wright es un genio, siempre sabe dónde ha de colocar la cámara.
 
Lo peor: Su desenlace se ve venir de lejos. Es un problema, pero no enturbia el resultado final.
 
 Puntuación: 8/10.

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