Título original: Suspiria. Año: 1977. País: Italia. Género: Terror. Director: Dario
Argento. Guionistas: Dario Argento y
Daria Nicolodi. Intérpretes: Jessica
Harper, Udo Kier, Joan Bennett, Stefania Casini, Flavio Bucci, Miguel Bosé,
Alida Valli, Rudolf Schündler.
Me van a llover palos por decirlo, pero creo que Dario Argento
(maestro italiano del giallo, un
subgénero, de origen italiano, que mezcla el cine de terror con el thriller,
muchas veces policíaco, y que está considerado una suerte de precursor del slasher moderno) está un tanto
sobrevalorado. Y me explico: creo que tiene algunos trabajos rescatables, como
el que nos ocupa (cuya belleza visual nadie, ni siquiera yo, debería poner en
duda) o Phenomena, película
protagonizada por una jovencísima Jennifer Connelly y que, he de reconocer, me
espantó un tanto (¡todos esos bichejos que aparecen por pantalla!; ¡todavía
tengo pesadillas con la escena de la piscina!) la primera vez que la vi, pero creo
que la inmensa mayoría de sus trabajos no están tan bien rematados como
debieran (o que muchos directamente no valen la pena) y que sólo gozan de
cierta reválida al venir firmados por él (me remito, por ejemplo, a todos los
últimos largometrajes que ha dirigido). Y sí, sé que Rojo oscuro (Profondo rosso) está considerada una de sus grandes
obras, pero no me dice (casi) nada; o por lo menos no tanto como para encumbrarla
(como se ha hecho) al olimpo del (sub)género.
Pero centrémonos en
Suspiria (basada, por cierto, en el
ensayo Suspiria de Profundis, de
Thomas De Quincey), de seguro uno de sus trabajos más populares (y también, y
casi con toda seguridad, mi favorito). Hablemos un poco de su argumento.
Digamos que tiene como protagonista a una joven bailarina estadounidense, llamada
Suzi (Jessica Harper), que viaja hasta Friburgo para continuar con sus estudios
de ballet. El problema: cuando llega a su nueva escuela de baile comienzan a
sucederse extraños acontecimientos, los cuales nada tienen que ver (para su
desgracia) ni con la competitividad ni con la dureza de las clases… De entre el
reparto también me gustaría destacar las figuras de Udo Kier, cuya extensísima
carrera incluye títulos tan dispares como Mi
idaho privado (My Own Private Idaho), Blade, Rompiendo
las olas (Breaking the Waves), de Lars von Trier (polémico director
para el que ha trabajado en muchas ocasiones), o, más recientemente, Puppet Master: The Littlest Reich (última
entrega de la longeva, y casposilla, saga de películas de terror y comedia protagonizadas
por muñecos asesinos) y el cantante Miguel Bosé. Cabe señalar, asimismo, que Suspiria es la primera entrega de una
trilogía conocida con el sobrenombre de Las
Tres Madres. Inferno, de 1980, y
La madre del mal (La terza madre),
de 2007 y protagonizada por Asia Argento (hija del director), completan dicha
trilogía.
Y sí que me permito, a pesar de no ser fan acérrimo de Argento, señalar cosas positivas de su trabajo, como por ejemplo asegurar que demuestra estilo (sí, algo innegable). No es lo único destacable en Suspiria, ya que a ello deberíamos sumar una estética entre modernista y tétrica (sobre todo gracias a unos decorados de lo más barrocos y a una fotografía que inunda, literalmente, la pantalla de colores rojos y azules). El gusto por el rojo se deja ver prácticamente en cada plano: en los decorados, en la fotografía o, claro, en la sangre, la cual se nos muestra ridículamente brillante... Es más, incluso el vino que bebe nuestra protagonista tiene el mismo color y espesor (tan falsos como atrayentes) que la sangre que con tanta gracia se derrama a lo largo de todo el metraje. Y es que su atractivo poder visual es lo que más me gusta de esta película. Por el contrario, me chirría bastante su, ya de por si extremadamente chirriante, banda sonora (compuesta por la banda italiana Goblin) o un guión repleto de lagunas. También me decepciona que su último acto no resulte tan impactante como debiera o que ninguna escena llame tanto mi atención (al margen de tres o cuatro repartidas a lo largo de toda la cinta; como por ejemplo aquella en la que Suzi se despierta alertada por unos extraños ¿ronquidos?) como la que culmina con las dos primeras muertes. Nota: la película ha gozado, este 2018, de su propio remake, de la mano de Luca Guadagnino (Call Me by Your Name) y protagonizado por Dakota Johnson, protagonista femenina de la terrible adaptación de la popular novela erótica Cincuenta sombras de Grey (Fifty Shades of Grey), y Tilda Swinton.
Lo mejor: Su poderío visual.
Lo peor: Su final; abrupto y
anticlimático.
Puntuación: 6/10.
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