Título original: Mallrats.
Año: 1995. País: Estados Unidos. Género:
Comedia. Director: Kevin Smith. Guionista: Kevin Smith. Intérpretes:
Shannen Doherty, Jeremy London, Jason Lee, Claire Forlani, Ben Affleck,
Joey Lauren Adams, Jason Mewes, Kevin Smith, Michael Rooker, Ethan Suplee,
Brian O’Halloran, Stan Lee.
El segundo largometraje de Kevin Smith tiene como protagonistas
a dos amigos (a los que dan vida Jeremy London y Jason Lee) que acuden al
centro comercial para resarcirse de sus recientes rupturas sentimentales, lugar
en el que coincidirán con todo un grupo de esperpénticos personajes.
Smith es, como muy bien sabemos todos sus seguidores, un fanático de los cómics, por ello no es de extrañar que en Mallrats haya mil y una referencias a ellos (en los títulos de crédito se nos muestra a los personajes como superhéroes de cómics, nuestros dos protagonistas acaban discutiendo sobre el vientre ideal para albergar al futuro hijo de Superman y hasta el mismísimo Stan Lee aparece brevemente), como también las hay hacia el cine juvenil de John Hughes (del que es fan confeso), creando así un particular universo en el que también tienen cabida (¡faltaría más!) dos de sus personajes más icónicos: Jay (Jason Mewes) y Bob el silencioso (Kevin Smith).
El director de Clerks
demuestra más soltura como guionista que como director, siendo bastante más
eficaz en el humor lingüístico que en el físico, mientras que en el apartado
interpretativo todos los trabajos pueden ser catalogados de correctos. Jason
Lee se convierte en la gran revelación de la cinta, mientras que Shannen
Doherty, quien se hizo con el papel derrotando a, entre otras, Alyssa Milano y
Jenny McCarthy, tiene a su cargo algunas de las escenas más memorables (atención
a cuando uno de los personajes la llama Brenda “por error”) y Joey Lauren Adams
se destapa como toda una “robaplanos”. Tan sólo desentona un terriblemente
anodino Jeremy London (el actor declararía posteriormente haber estado colocado
durante todo el rodaje).
Mallrats es, en
definitiva, una película juvenil superior a la media. Y lo es gracias a sus
hábiles diálogos e inimitables personajes. Atención a su divertido final, en el
cuál nos explican qué ha sido de cada uno de ellos.
Lo mejor: Su
frescura y sus diálogos.
Lo peor: Jeremy
London.
Puntuación: 7/10.
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