Título original: Si
j’étais toi. Año: 2007. País: Francia. Género: Drama, Intriga. Director:
Vincent Perez. Guionista: Ann
Cherkis (adaptando una novela de Keigo Higashino). Intérpretes: David Duchovny, Olivia Thirlby, Lily
Taylor, Brendan Sexton III, Corey Sevier, Laurence Leboeuf, Bruce Ramsay.
Este drama sobrenatural fue el segundo trabajo como director
(de largometrajes) del actor Vincent Perez. La historia se basa en la novela de
Keigo Higashino, ya llevada anteriormente al cine con la película japonesa Secret (Himitsu), y tiene como
protagonistas a Benjamin (David Duchovny) y Hannah (Lily Taylor), un matrimonio
normal y corriente que tiene que lidiar con una hija adolescente, Samantha
(Olivia Thirlby), que parece hastiada de todo y que paga con su madre todas y
cada una de sus frustraciones. La trama da un vuelco cuando madre e hija sufren
un accidente en el que la primera muere. Aunque su alma parece haberse
instalado en el cuerpo de la joven Samantha…
El género cómico se ha beneficiado en múltiples ocasiones de argumentos similares: películas familiares en las que padre e hijo (o madre e hija) intercambian de forma involuntaria sus cuerpos provocando con ello múltiples enredos. Sin ir más lejos se podría citar De tal astilla… tal palo (Like Father, Like Son) o Ponte en mi lugar (Freaky Friday), pero lo curioso de la película de Perez es el tono dramático y la relación (casi al borde del incesto) que se establece entre los personajes de Thirlby y Duchovny, así como el tratar de averiguar si el intercambio corporal es real o fruto del shock sufrido tras el accidente (¡lástima que lo desvelen tan pronto!).
En el apartado interpretativo me gustaría destacar el correcto trabajo llevado a cabo por Duchovny, quien, eso sí, queda eclipsado por una excelente Thirlby. Ella es la encargada de llevar buena parte del peso de la película, teniendo que lidiar con un personaje que sufre todos los estados de ánimo posibles (algo que en otras manos podría haber sido todo un canto a la sobreactuación). Perez, por el contrario, todavía denota formas de primerizo (véase la escena onírica). Menos mal que la historia es lo suficientemente curiosa como para que el resultado final sea más que estimulante.
El género cómico se ha beneficiado en múltiples ocasiones de argumentos similares: películas familiares en las que padre e hijo (o madre e hija) intercambian de forma involuntaria sus cuerpos provocando con ello múltiples enredos. Sin ir más lejos se podría citar De tal astilla… tal palo (Like Father, Like Son) o Ponte en mi lugar (Freaky Friday), pero lo curioso de la película de Perez es el tono dramático y la relación (casi al borde del incesto) que se establece entre los personajes de Thirlby y Duchovny, así como el tratar de averiguar si el intercambio corporal es real o fruto del shock sufrido tras el accidente (¡lástima que lo desvelen tan pronto!).
En el apartado interpretativo me gustaría destacar el correcto trabajo llevado a cabo por Duchovny, quien, eso sí, queda eclipsado por una excelente Thirlby. Ella es la encargada de llevar buena parte del peso de la película, teniendo que lidiar con un personaje que sufre todos los estados de ánimo posibles (algo que en otras manos podría haber sido todo un canto a la sobreactuación). Perez, por el contrario, todavía denota formas de primerizo (véase la escena onírica). Menos mal que la historia es lo suficientemente curiosa como para que el resultado final sea más que estimulante.
Lo mejor: Su
vuelta de tuerca con respecto a otras películas con argumento similar.
Lo peor: Desvela
sus cartas demasiado pronto.
Puntuación: 6/10.
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