miércoles, 20 de septiembre de 2017

Battle Royale

Título original: Batoru Rowaiaru. Año: 2008. País: Japón. Género: Acción, Intriga. Director: Kinji Fukasaku. Guionista: Kenta Fukasaku (adaptando la novela de Koushun Takami). Intérpretes: Takeshi Kitano, Tatsuya Fujiwara, Aki Maeda, Chiaki Kuriyama, Taro Yamamoto, Takashi Tsukamoto, Eri Ishikawa, Sousuke Takaoka, Yukihiro Kotani.

A Battle Royale (adaptación de una novela que también fue adaptando en formato manga) la precede su fama; alabada por el mismísimo Tarantino (Pulp Fiction) y convertida en temprana cinta de culto, la película es una suerte de juego mortal que deja sin respiración hasta a su más sumisa plagiadora: Los juegos del hambre (The Hunger Games). La historia es bien sencilla (tan sencilla como perturbadora y loca): toda una clase de estudiantes es llevada a una remota isla para que se maten entre ellos, sólo uno podrá sobrevivir; el premio es evidente: seguir vivo.


El argumento es bien curioso (e incluso irónico y hasta ciertamente crítico; se supone que la acción tiene lugar en un futuro distópico en el que Japón está al borde del colapso y la violencia y la podredumbre campan a sus anchas); sin embargo, acaba resultando de lo más redundante (sirva como ejemplo su minucioso recuento de víctimas), dejando como único punto de interés las truculentas muertes que sufren nuestros imberbes protagonistas. Para colmo, los personajes no están demasiado definidos; en parte porque hay demasiados; en parte porque tratan de darles entidad creando tontorronas historias amorosas entre ellos. A destacar la presencia de Takeshi Kitano (Zatoichi, Brother, Hana-bi o, más recientemente, la versión americana, y de acción real, de Ghost in the Shell; sí, ese blockbuster que nunca llegó a serlo).


De todas formas, y a pesar de sus defectos y carencias de guión, Battle Royale se descubre como una película de lo más gamberra y entretenida. Una película que ofrece lo que se espera de ella. Una película que va directa al grano. Y, aunque quizá se eche en falta algo más de tensión, contiene las suficientes escenas violentas (y/o sangrientas) como para contentar a los fans de este tipo de producciones (servidor incluido).

Lo mejor: Su brutalidad. Va directa al grano. No se anda con tonterías.

Lo peor: El nulo desarrollo de personajes.

Puntuación: 6,5/10.

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