Título original: Wolf Creek. Año: 2005. País: Australia. Género: Terror. Director:
Greg McLean. Guionista: Greg McLean.
Intérpretes: John Jarratt, Kestie
Morassi, Cassandra Magrath, Nathan Phillips, Guy O’Donnell, Andy McPhee, Geoff
Revell.
Dos jóvenes
turistas, Liz (Cassandra Magrath) y Kristy (Kestie Morassi), aceptan la
invitación de Ben (Nathan Phillips) para visitar el parque de Wolf Creek en
Australia, pero todo se complica cuando su coche parece averiarse y un extraño
personaje se ofrece a ayudarlos. Ése será sólo el comienzo de una sangrienta
pesadilla en la que nuestros protagonistas tendrán que huir de un matarife en
medio del inhóspito desierto.
Unas 30.000 personas desaparecen anualmente, reza la película al comenzar; además de indicarnos que está basada en "hechos reales". Si bien, lo cierto es que las cintas sobre jovenzuelos atrapados y perseguidos en medio de la nada deberían ser un género en sí mismo. Desde la ya clásica Las colinas tienen ojos (The Hills Have Eyes), o la no menos brutal La matanza de Texas (The Texas Chainsaw Massacre), a sus múltiples secuelas o baratas imitaciones (ojo, tan baratas o más que las originales).
Unas 30.000 personas desaparecen anualmente, reza la película al comenzar; además de indicarnos que está basada en "hechos reales". Si bien, lo cierto es que las cintas sobre jovenzuelos atrapados y perseguidos en medio de la nada deberían ser un género en sí mismo. Desde la ya clásica Las colinas tienen ojos (The Hills Have Eyes), o la no menos brutal La matanza de Texas (The Texas Chainsaw Massacre), a sus múltiples secuelas o baratas imitaciones (ojo, tan baratas o más que las originales).
No, Wolf Creek no resulta especialmente novedosa; además, también se le podrían achacar incongruencias propias del género y, sobre todo, lo mucho que le cuesta arrancar, ya que hasta más de la mitad de la película no comienza la acción Tampoco se molesta en indagar en la psique de sus protagonistas (apenas nos introducen en cierto triángulo amoroso y poco más). El buen trabajo de los actores y la inteligente dirección de McLean durante el último tramo (con escenas tremendamente angustiosas) salvan la función.
Lo mejor: Que el director no
escatime en escenas sangrientas (como aquella en la que los dedos de Liz son
amputados o cuando Ben despierta con las manos clavadas) o que nos mantenga en
tensión durante varios momentos.
Lo peor: Su nula originalidad.
Puntuación: 5/10.
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