La ola

Título original: Die Welle. Año: 2008. País: Alemania. Género: Drama. Director: Dennis Gansel. Guionistas: Dennis Gansel y Peter Thorwarth (adaptando la novela de Todd Strasser). Intérpretes: Jürgen Vogel, Frederik Lau, Jennifer Ulrich, Max Riemelt, Christiane Paul, Elyas M’Barek, Jacob Matschenz, Maximilian Mauff.

La ola nos narra el experimento orquestado por un profesor (Jürgen Vogel) para demostrar a sus alumnos (auténticos conejillos de indias) que los errores del pasado se pueden repetir con más facilidad de lo deseable. Para ellos ejercerá de líder, imponiendo una dura disciplina de grupo que se volverá en su contra (con consecuencias insospechadas para él; evidentes para su entorno).

Gansel firma un largometraje efectista y ejemplarizante. Lo segundo no es algo 100% negativo (no si se hace tan bien como aquí), pero su efectismo sí que juega en su contra, dando la sensación de que el director muestra todas sus bazas con demasiada celeridad e impone sobremanera su punto de vista en lugar de dejar que sea el propio espectador el que se cuestione los hechos (la clase impartida por el profesor, por ejemplo, se denomina autocracia en lugar de fascismo, tratando de evitar lo obvio sin éxito). Sin embargo, todos esos males (que, quiero aclarar, son muy menores) quedan ensombrecidos por su dominio visual y por el magnífico plantel de intérpretes. Especialmente notable resulta la labor de Vogel, quien sabe dotar a su personaje del carisma necesario para que su influencia en el alumnado sea creíble.

El resultado final es francamente estimulante. Lo es gracias al buen trabajo de forma (todo el apartado técnico) y fondo (salvando lo anteriormente mencionado y algún pasaje puntual de lo más melodramático). La ola funciona como necesario ejercicio de (auto)crítica. Recordemos (lo sé, no hace falta; me hago cargo) que el ser humano es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra. Que esta película nos haga reflexionar.

Lo mejor: Es la película idónea para ser visualizada en las aulas.

Lo peor: Algunos momentos más propios de un thriller que de un drama basado en hechos reales.

Puntuación: 8/10.