Título original:
Rumble Fish. Año: 1983. País: Estados Unidos.
Género: Drama. Director:
Francis Ford Coppola. Guionistas:
Francis Ford Coppola y S.E. Hinton (adaptando la novela de ella).
Intérpretes:
Matt Dillon, Mickey Rourke, Diane Lane, Dennis Hopper, Vincent Spano,
Nicolas Cage, Chris Penn, Tom Waits, Diana Scarwid, Laurence
Fishburne.
Aunque rodada en los
ochenta, se logró dotar a La ley de la calle de un tono que
la asemeja a otros clásicos cinematográficos, lo cual le funciona
perfectamente a Coppola para homenajear el cine sobre jóvenes
rebeldes de los cincuenta, con Rebelde sin causa (Rebel
Without a Cause) a la cabeza. La trama se centra en Rusty James (Matt
Dillon), un muchacho que ansía liderar una de las bandas de la
ciudad, como anteriormente hiciera su hermano (Mickey Rourke), otro
conflictivo, pero popular, joven conocido como "el chico de la
moto" y cuyas prioridades han cambiado de un tiempo a esta
parte.
Coppola dirige este duro relato de bandas callejeras y
familias desestructuradas. Y lo hace decantándose por una dirección
más poética y/o lírica (Rusty "saliendo" de su cuerpo,
relojes de todo tipo inundando la pantalla…). A pesar de ello, el
lado más oscuro de la historia emerge gracias a su sucio
tratamiento, con la marginación, la droga y las peleas como telón
de fondo. Además, los personajes siempre aparecen borrachos o
sudorosos, lo que aumenta su tono decadente. Todo ello amplificado
gracias a una fotografía en blanco y negro (con alguna
extraordinaria pincelada de color) muy bien aprovechada.
El trabajo de los actores es igualmente destacable: Dillon cumple con su papel y sabe llevar el peso de la película, pero queda eclipsado por un hipnótico Rourke, cuya genial interpretación me recordó al mismísimo Marlon Brando (sí, lo sé, son palabras mayores). Por pantalla también aparecen unos jovencísimos Diane Lane, Nicolas Cage (sobrino de Coppola) o Chris Penn. La primera interpreta al interés amoroso de Rusty, mientras que los otros dos forman parte de su cuadrilla. Tampoco deberíamos olvidarnos de Dennis Hopper, quien da vida al progenitor de nuestros protagonistas. La ley de la calle es una gran película, engrandecida por la maestría de Coppola tras las cámaras y de Rourke, cuyo personaje bien podría haber sido escrito por J.D. Salinger (aunque su creadora sea S.E. Hinton, clara deudora de éste), delante de ellas.
Lo mejor: Rourke y la historia (atención a su desenlace).
Lo peor: A
veces prioriza el continente al contenido.
Puntuación: 8/10.
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