Título
original: La culpa. Año:
2006. País: Estados Unidos. Género:
Intriga, Terror. Director:
Narciso Ibáñez Serrador. Guionista:
Narciso Ibáñez Serrador (adaptando
una historia de Luis Murillo). Intérpretes:
Nieve de Medina, Montse Mostaza, Alejandra Lorenzo, Mariana Cordero,
Asunción Díaz.
Narciso Ibáñez Serrador
(creador de Historias para no dormir, a la que esta colección
de películas para televisión trata de rendir merecido homenaje)
recurre a varios temas ya explotados en su filmografía (por ejemplo:
el uso de infantes en papeles destacados o un nada disimulado toque
lésbico en la trama) para contarnos una intriga (que no película de
terror propiamente dicha) sobre dos mujeres de caracteres muy
diferentes que comparten casa.
Ana (Nieve de Medina) es
la propietaria de la mencionada casa. En la misma tiene su consulta
ginecológica, en la que practica abortos. En busca de estabilidad (y
ahorro económico), se mudan junto a ella Gloria (Montse Mostaza) y
su hija Vicky (Alejandra Lorenzo). Gloria trabaja como enfermera y en
su tiempo libre ayuda a Ana en su clínica, pero cuando se queda
embarazada se ve en la terrible tesitura de seguir adelante (y
malvivir debido a sus limitados recursos) o abortar. Su decisión
desencadenará una serie de extraños acontecimientos en el hogar
familiar...
La culpa cuenta con una más que correcta
factura técnica (a excepción de su anticlimática banda sonora),
incluida una ambientación (se supone que la historia transcurre
durante los años sesenta) francamente digna. Igualmente correcto es
el trabajo de las actrices principales, a pesar de que el mismo se
vaya difuminando conforme avanza la historia. Sin embargo, ello es
culpa de un guión que cae en el más absoluto de los esperpentos. Es
cierto que la película cuenta con alguna escena notable (¡esa caja
de latón que tan celosamente guarda la niña!), pero son las menos y
no logran evitar que el resultado final sea tan insatisfactorio como
incongruente.
Lo mejor: La
ambientación y las interpretaciones principales.
Lo peor: El
director juega al despiste incluyendo en la trama varios personajes
supuestamente sospechosos (véase la puerta que comunica las dos
casas) para, finalmente, decantarse por un desenlace de lo más
tontorrón. Eso por no hablar de las muchas incongruencias que nos
encontramos hasta llegar a dicho desenlace.
Puntuación: 3/10.
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