Título original: A
Dirty Shame. Año: 2004. País: Estados Unidos. Género:
Comedia. Director:
John Waters. Guionista: John
Waters. Intérpretes:
Tracey Ullman, Johnny Knoxville, Selma Blair, Chris Isaak, Patricia
Hearst, Mink Stole, Lance Baldwin, James Ransone, Susan Allenback,
Jeffrey Auerbach.
Sylvia (Tracey Ullman) es
una pacata mujer que ya apenas tiene relaciones con su marido (Chris
Isaak). Para colmo, tiene una exhibicionista hija de descomunales
pechos llamada Caprice (Selma Blair) a la que mantiene encerrada bajo
llave. Pero tras sufrir una conmoción y conocer a Ray Ray (Johnny
Knoxville), líder de un grupo autodenominado Los sexoadictos,
Sylvia se volverá una adicta al sexo oral, integrándose en tan
peculiar grupo, compuesto por personas, con distintas adicciones
sexuales, que busca hallar un nuevo acto/fetiche sexual (sic).
John
Watters parece volver, con esta Los sexoadictos, al cine
trasgresor de sus inicios. Desgraciadamente, y a diferencia de las
películas con las que despuntó, como, claro, Pink Flamingos
o Cosas de hembras (Female Trouble), ésta resulta más
tontorrona y menos ácida, brutal y/o crítica de lo que debiera.
No ayuda un guión
repetitivo y un tanto chusco (en ocasiones incluso parece más una de
tantas películas para adolescentes con chistes sexuales y
secreciones varias). Se agradece su intento de escandalizar a una
sociedad demasiado endiosada en temas sexuales, pero ésta no es,
desde luego, la mejor manera. Eso sí, Selma Blair y sobre todo
Tracey Ullman, se amoldan perfectamente a sus personajes.
Lo mejor: Ullman
y Blair.
Lo peor: No
es todo lo transgresora que esperaba. Y sí, su desenlace es
decepcionante, por mucho que te golpee la cabeza (sic).
Puntuación: 3/10.
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