viernes, 2 de mayo de 2025

Dulces mentiras (TV)

Título original: Striking Poses. Año: 1998. País: Estados Unidos. Género: Intriga. Director: Gail Harvey. Guionista: Michael Stokes. Intérpretes: Shannen Doherty, Joseph Griffin, Tamara Gorski, Aidan Devine, Colm Feore, Sean Hewitt, Markus Parilo.
 
Gage (Shannen Doherty) apenas tiene vida propia, su trabajo como paparazzi la mantiene muy ocupada, y en su trabajo es realmente buena. Irónicamente, su vida sufre un inesperado giro cuando pasa de perseguir a ser perseguida y acosada. Su preocupación es tal que incluso contrata un guardaespaldas (Joseph Griffin) al ver peligrar su vida. Pero, ¿cuánta de la gente que está cerca de ella es de fiar?
 
 
Lo que diferencia a Dulces mentiras de cualquier otro thriller televisivo es su enrevesado guión, el cuál juega constantemente al gato y al ratón (aunque muchas de sus vueltas de tuerca sean rebuscadas o incluso previsibles), que el trabajo de dirección no sea tan plano como cabría esperar (Harvey es una directora curtida en el medio) o que las actuaciones sean aceptables. El reclamo mayor en el apartado interpretativo es claramente Doherty, quien venía de triunfar gracias a Sensación de vivir (Beverly Hills, 9010) y estaba a punto de estrenar Embrujadas (Charmed), pero me gustaría indicar la presencia de dos secundarios de ya amplia filmografia: Aidan Devine, visto en títulos como Outlander, Una historia de violencia (A History of Violence) o Transformers: El despertar de las bestias (Transformers: Rise of the Beasts), y Colm Feore, que ha trabajado tanto para la gran pantalla, en películas como Cara a cara (Face/Off), City of Angels, El dilema (The Insider) o Chicago, como para la pequeña, como en la miniserie La tormenta del siglo (Storm of the Century), que adaptaba a Stephen King, o la serie Los Borgia (The Borgias). Aun y con todos sus fallos, Dulces mentiras es una correcta intriga, amena de ver si se accede a ella sin pretensiones.
 
Lo mejor: Es superior a la media, tanto en forma como en fondo, a thrillers televisivos de similares intenciones.
 
Lo peor: Que, a pesar de sus múltiples giros, su desenlace no termina de ser todo lo sorprendente que debiera.
 
Puntuación: 5/10.

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