Título
original: Scream 3. Año:
2000. País: Estados Unidos. Género:
Terror. Director:
Wes Craven. Guionista: Ehren
Kruger. Intérpretes:
Neve Campbell, Courteney Cox, David Arquette, Parker Posey, Patrick
Dempsey, Jenny McCarthy, Scott Foley, Liev Schreiber, Lance
Henriksen, Matt Keeslar, Emily Mortimer, Deon Richmond, Patrick
Warburton, Carrie Fisher, Kelly Rutherford, Heather Matarazzo, Jamie
Kennedy, Roger Corman, Kevin Smith, Jason Mewes.
Uno de los grandes
encantos de la saga Scream reside
en que supo reírse (a la vez que asustar) de los slashers.
También sus sólidos guiones, plagados de guiños y homenajes a la
cultura pop en general y al cine de terror en particular. Es
por ello que en Scream 3, ya sin el sello característico de
Williamson (por lo visto no pudo escribir el guión por falta de
tiempo y, ante la negativa de los productores, los Weinstein, de
retrasar el estreno de la película, se vio obligado a abandonar el
proyecto) tras el libreto, se pierde gran parte de la gracia. Y es
que queda claro que Ehren Kruger, quien admitió no saber muy bien
cómo manejar el material que tenía entrega manos, no sabe sacar
provecho de personajes y escenarios (aquí, en lugar de parafrasear o
arremeter, con claro cariño, contra otras películas del género, se
conforman con llamar a uno de los personajes Jennifer Jolie, en clara
alusión a Aniston y Angelina...).
No fue el único problema
(aunque para servidor es el más grave; sobre todo tras conocer
detalles del guión original en el que estaba trabajando Williamson y
que tenía a toda una retahíla de fans de los asesinatos perpetrados
por Ghostface conspirando contra nuestra heroína y dirigidos por
Stu, uno de los personajes de la primera Scream,
quien, ¡oh, sorpresa!, no estaba muerto pero sí en prisión) al que
tuvo que enfrentarse Scream 3. Hubo otros tres bien
relevantes: que Campbell sólo estuviese, por problemas de agenda,
disponible para rodar durante 20 días (de ahí que sea la película
de la saga en la que menos aparece), que varios intérpretes (como
Patrick Dempsey o Kelly Rutherford) fuesen contratados en el último
minuto (o con el rodaje ya en marcha, lo que les daba poco margen de
maniobra para hacerse con sus personajes) y que, tras los asesinatos
de Columbine, obligasen a Craven y compañía a rebajar el tono
sanguinolento de la cinta (resultado: acabo convertida en la más "light" de la franquicia cinematográfica).
La trama comienza con
unas misteriosas muertes, las cuales tienen lugar a la par que se
rueda Puñalada 3 (Stab 3), basada nuevamente en los
asesinatos de Woodsboro, es decir, en las vivencias de Sidney (Neve
Campbell), Gale (Courteney Cox, cuyo flequillo, cortado para la
ocasión por Arquette, fue motivo de muchas bromas) y Dewey (David
Arquette). Ello da lugar a que algunas secuencias (y persecuciones)
tengan lugar entre los decorados, lo que resulta muy interesante
(como un grand guignol algo
escaso de sangre). Pero terminemos de abrir el melón ya y
seamos claros: Scream 3 es el patito feo de la saga; la más
floja del conjunto. A todo lo expuesto un poco más arriba me remito.
Presentada en un número récord (al menos en su momento) de cines en
Estados Unidos, Scream 3 debería haber sido el broche de oro
a una trilogía (la cuarta entrega tardaría varios años más de lo
esperado en llegar) que revitalizó el slasher; por contra, lo
que nos trajo fue un título descafeinado que, desgraciadamente, no
estaba a la altura ni cumplía con las expectativas (desde luego no
con las de servidor). Atención a los cameos de Jason Mewes y Kevin
Smith, quienes interpretan a sus personajes más populares: Jay y Bob
el silencioso.
Lo mejor: El
tándem Cox-Posey (nota: Posey da vida a una actriz que interpreta a
Gale Weathers, el personaje de Cox, en Puñalada 3).
Lo peor: Un
guión insípido. ¡Cómo se echa de menos el toque Williamson! Eso y
que sea la entrega menos sanguinolenta. Escenas prescindibles (como
la onírica), muertes descafeinadas (seguramente por lo indicado
anteriormente y que les "obligó" a rebajar la carga violenta) y
un reparto, así en líneas generales, menos apetecible (Parker
Posey, a pesar del tono decididamente cómico que imprime a su
personaje, sí que me parece una elección súper acertada, que
conste). Y es que el hype,
despertado por rumores o contrataciones que no salieron adelante, fue
altísimo: se dijo que a Jamie Lee Curtis se le había ofrecido un
papel (por un lado el que finalmente hizo Carrie Fisher; por otro el
de la señora Loomis en una de las entregas de la ficticia Puñalada),
otro a Ben Affleck (aunque se desconoce cuál), un tercero (¿el de
Jenny McCarthy?) a Kate Hudson (incluso se señalaba su participación
en esta película en la contraportada de la edición en VHS de uno de
sus trabajos: Blue
Desert)
o que la cinta se abriría con la presencia de tres actrices, Kate
Winslet, Shannen Doherty (quien supuestamente rechazó el personaje
que acabó interpretando Kelly Rutherford) y Alicia Silverstone
(incluso hubo una revista de cine española que lo llegaba a
confirmar). Nada de eso sucedió finalmente.
Puntuación: 5,5/10.
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