viernes, 16 de octubre de 2020

Scream 3

Título original: Scream 3. Año: 2000. País: Estados Unidos. Género: Terror. Director: Wes Craven. Guionista: Ehren Kruger. Intérpretes: Neve Campbell, Courteney Cox, David Arquette, Parker Posey, Patrick Dempsey, Jenny McCarthy, Scott Foley, Liev Schreiber, Lance Henriksen, Matt Keeslar, Emily Mortimer, Deon Richmond, Patrick Warburton, Carrie Fisher, Kelly Rutherford, Heather Matarazzo, Jamie Kennedy, Roger Corman, Kevin Smith, Jason Mewes.

Uno de los grandes encantos de la saga Scream reside en que supo reírse (a la vez que asustar) de los slashers. También sus sólidos guiones, plagados de guiños y homenajes a la cultura pop en general y al cine de terror en particular. Es por ello que en Scream 3, ya sin el sello característico de Williamson (por lo visto no pudo escribir el guión por falta de tiempo y, ante la negativa de los productores, los Weinstein, de retrasar el estreno de la película, se vio obligado a abandonar el proyecto) tras el libreto, se pierde gran parte de la gracia. Y es que queda claro que Ehren Kruger, quien admitió no saber muy bien cómo manejar el material que tenía entrega manos, no sabe sacar provecho de personajes y escenarios (aquí, en lugar de parafrasear o arremeter, con claro cariño, contra otras películas del género, se conforman con llamar a uno de los personajes Jennifer Jolie, en clara alusión a Aniston y Angelina...). 


No fue el único problema (aunque para servidor es el más grave; sobre todo tras conocer detalles del guión original en el que estaba trabajando Williamson y que tenía a toda una retahíla de fans de los asesinatos perpetrados por Ghostface conspirando contra nuestra heroína y dirigidos por Stu, uno de los personajes de la primera Scream, quien, ¡oh, sorpresa!, no estaba muerto pero sí en prisión) al que tuvo que enfrentarse Scream 3. Hubo otros tres bien relevantes: que Campbell sólo estuviese, por problemas de agenda, disponible para rodar durante 20 días (de ahí que sea la película de la saga en la que menos aparece), que varios intérpretes (como Patrick Dempsey o Kelly Rutherford) fuesen contratados en el último minuto (o con el rodaje ya en marcha, lo que les daba poco margen de maniobra para hacerse con sus personajes) y que, tras los asesinatos de Columbine, obligasen a Craven y compañía a rebajar el tono sanguinolento de la cinta (resultado: acabo convertida en la más "light" de la franquicia cinematográfica).


La trama comienza con unas misteriosas muertes, las cuales tienen lugar a la par que se rueda Puñalada 3 (Stab 3), basada nuevamente en los asesinatos de Woodsboro, es decir, en las vivencias de Sidney (Neve Campbell), Gale (Courteney Cox, cuyo flequillo, cortado para la ocasión por Arquette, fue motivo de muchas bromas) y Dewey (David Arquette). Ello da lugar a que algunas secuencias (y persecuciones) tengan lugar entre los decorados, lo que resulta muy interesante (como un grand guignol algo escaso de sangre). Pero terminemos de abrir el melón ya y seamos claros: Scream 3 es el patito feo de la saga; la más floja del conjunto. A todo lo expuesto un poco más arriba me remito. Presentada en un número récord (al menos en su momento) de cines en Estados Unidos, Scream 3 debería haber sido el broche de oro a una trilogía (la cuarta entrega tardaría varios años más de lo esperado en llegar) que revitalizó el slasher; por contra, lo que nos trajo fue un título descafeinado que, desgraciadamente, no estaba a la altura ni cumplía con las expectativas (desde luego no con las de servidor). Atención a los cameos de Jason Mewes y Kevin Smith, quienes interpretan a sus personajes más populares: Jay y Bob el silencioso.

Lo mejor: El tándem Cox-Posey (nota: Posey da vida a una actriz que interpreta a Gale Weathers, el personaje de Cox, en Puñalada 3).

Lo peor: Un guión insípido. ¡Cómo se echa de menos el toque Williamson! Eso y que sea la entrega menos sanguinolenta. Escenas prescindibles (como la onírica), muertes descafeinadas (seguramente por lo indicado anteriormente y que les "obligó" a rebajar la carga violenta) y un reparto, así en líneas generales, menos apetecible (Parker Posey, a pesar del tono decididamente cómico que imprime a su personaje, sí que me parece una elección súper acertada, que conste). Y es que el hype, despertado por rumores o contrataciones que no salieron adelante, fue altísimo: se dijo que a Jamie Lee Curtis se le había ofrecido un papel (por un lado el que finalmente hizo Carrie Fisher; por otro el de la señora Loomis en una de las entregas de la ficticia Puñalada), otro a Ben Affleck (aunque se desconoce cuál), un tercero (¿el de Jenny McCarthy?) a Kate Hudson (incluso se señalaba su participación en esta película en la contraportada de la edición en VHS de uno de sus trabajos: Blue Desert) o que la cinta se abriría con la presencia de tres actrices, Kate Winslet, Shannen Doherty (quien supuestamente rechazó el personaje que acabó interpretando Kelly Rutherford) y Alicia Silverstone (incluso hubo una revista de cine española que lo llegaba a confirmar). Nada de eso sucedió finalmente.

Puntuación: 5,5/10.

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