lunes, 5 de octubre de 2020

Leprechaun: La noche del duende

Título original: Leprechaun. Año: 1993. País: Estados Unidos. Género: Terror, Comedia, Fantasía. Director: Mark Jones. Guionista: Mark Jones. Intérpretes: Warwick Davis, Jennifer Aniston, Ken Olandt, Mark Holton, Shay Duffin, Pamela Mant, John Sanderford, Robert Hy Gorman.

Todo el mundo tiene un pasado, pero el de algunos actores famosos es especialmente divertido. Sabemos, por ejemplo, que Leonardo DiCaprio tuvo que enfrentarse a unos monstruitos con muy malas pulgas, en Critters 3, antes de embarcarse en el Titanic, o que George Clooney participó en El retorno de los tomates asesinos (Return of the Killer Tomatoes!).


Jennifer Aniston, cuya imagen candorosa ha quedado grabada en el colectivo gracias a trabajos como la series Friends o toda esa retahíla de comedias (románticas o no) en las que ha ido participando (y por mucho que le pese y haya querido desquitarse con trabajos como Cake), protagonizó la película que nos ocupa, una Serie B sobre un duende (Warwick Davis, Willow) capaz de currarse los asesinatos más atroces con tal de recuperar su querido oro.


Lo más sorprendente no es ver a la actriz protagonizando una comedia gore (que también), sino que este trabajo acabase generando multitud de secuelas, incluso una con nuestro duendecillo cometiendo sus tropelías en el espacio al más puro estilo Jason X (sic). Tan sólo señalar que la cinta de Jones acaba resultando bastante aburrida, tanto por culpa de su monótona trama como por sus insípidos personajes (sí, Leprechaun es un chiste demasiado alargado). Y es que parece apta exclusivamente para devotos de esas bizarradas que combinan humor (pelín negro) y sangre; fans de esas comedias chorra que juguetean con el terror y que, como sucede también en esta ocasión, se quedan en simple anécdota con poco (o nada; muchas veces el chiste se queda en su título) que aportar. La suerte de la que nos ocupa fue, además de caer en gracia a cierto sector que disfruta con estas producciones casposillas (de ahí que se haya rodado tanta cutre secuela), el haber contado con una futura estrella como gran protagonista (y reclamo posterior; uno se acerca a Leprechaun aunque sólo sea para curiosear, es lo que yo hice).

Lo mejor: Ver a la buena de Aniston desenvolverse en un trabajo así.

Lo peor: Esta Leprechaun no es una película ni lo suficientemente terrorífica ni lo suficientemente cómica. Y sí, los efectos de sangre y maquillaje son tan deficientes como cabría esperar.

Puntuación: 2/10.

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