domingo, 1 de noviembre de 2020

Creepshow

Título original: Creepshow. Año: 1982. País: Estados Unidos. Género: Terror, Comedia Negra. Director: George A. Romero. Guionista: Stephen King. Intérpretes: Hal Holbrook, Adrienne Barbeau, Leslie Nielsen, Fritz Weaver, Viveca Lindfors, Ed Harris, Ted Danson, E.G. Marshall, Stephen King, Tom Savini.

George A. Romero (como director) y Stephen King (como guionista e incluso actor) unieron fuerzas para crear una de las películas más queridas por los aficionados de la época. Una suerte de cómic en imágenes compuesto por cinco historias (seis si se tiene en cuenta la que da inicio y fin a la cinta) independientes pero con un denominador común: todas se enmarcan dentro del género fantástico.


La historia se inicia con el enfado de un niño (Joe King) cuyo cómic ha sido tirado a la basura por su padre (Tom Atkins). Posteriormente veremos regresar de entre los muertos a Nathan Grantham (Jon Lormer), un hombre que fue asesinado y que reclama su pastel en el día del padre, las terribles consecuencias que sobre un lugareño (Stephen King) tiene la caída de un meteorito, la venganza de un hombre (Leslie Nielsen) para con su mujer (Gaylen Ross) y el amante de ésta (Ted Danson), cómo otro hombre (Hal Holbrook) trata de matar a su insoportable mujer (Adrienne Barbeau) con la ayuda de un terrible monstruo (cuyo parecido con el actor Ron Perlman es asombroso) o la plaga que sufre un altivo tipo (E.G. Marshall) que odia la suciedad y los bichos.


Creepshow sigue funcionado gracias al factor nostalgia, pero también por sus artesanales efectos especiales y de maquillaje (a cargo de Tom Savini, toda una institución) o por su interesante introducción a modo de cómic. Lástima que algunas tramas pequen de aburridas (la segunda) o anecdóticas (la primera) y que, aunque ofrece un buen par de sustos, sea más una comedia negra que una cinta de terror. Se podría decir que estamos ante una película de mejores intenciones que resultados; una película con aroma a videoclub (dicho como algo positivo); una película convertida en cinta de culto y que jugaba con varios ingredientes de lo más apetecibles (por mucho que la suma de ellos no siempre de como resultado un plato 100% recomendable).

Lo mejor: Los capítulos más pesadillescos, como el protagonizado por Nielsen y Danson o el de E.G. Marshall. El encanto (casi cercano al de cierta Serie B) que destila la película.

Lo peor: La irregularidad de buena parte de los sketches.

Puntuación: 6/10.

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