Título
original: Laid to Rest. Año:
2009. País: Estados Unidos. Género: Terror. Director:
Robert Hall. Guionista: Robert Hall. Intérpretes:
Bobbi Sue Luther, Lena Headey, Thomas Dekker, NIck Principe, Sean Whalen, Lucas Till, Kevin Gage,
Johnathon Schaech.
La cinta se abre con una
joven (Bobbi Sue Luther), cuyo coeficiente intelectual no parece ser
demasiado llamativo, que despierta encerrada en un ataúd. Para su
desgracia, su pesadilla acaba de empezar, ya que no recuerda nada y,
además, la persigue un extraño tipo enmascarado (Nick Principe) que
trata de matarla…
Hay películas que de malas son buenas.
Bueno, tal vez dicha aseveración sea un tanto excesiva, pero, ¿cómo
no va a resultar entrañable una película protagonizada por una
actriz de lo más mediocre (en realidad todo el reparto es mediocre;
lo siento Lena, pero aquí no te luces precisamente) cuyo talento
está más muerto que algunas de las víctimas del asesino
enmascarado de esta Laid to Rest? ¿Cómo no disfrutar con una
cinta en la que los diálogos provocan tanta vergüenza ajena que uno
se pregunta si el que los ha escrito es humano? ¿Cómo no reírse a
carcajadas con una película en la que la lógica brilla por su
ausencia (ninguno de nuestros protagonistas tiene teléfono; es más,
uno insiste en que no es necesario, ya que pueden comunicarse a
través del ordenador…)?
Sí, es verdad, estamos ante un bodriete con aspecto de Serie B ochentera que sólo puede ser entendido como una mala broma hecha película. Digamos que hasta dentro de la basura (lo sé, estoy siendo demasiado duro) fílmica hay clases y clases. Ésta, al menos, resulta entretenida. Eso sí, no quiero engañar a nadie, también es mala de narices. ¡Atención al cameo de Johnathon Schaech!
Lo mejor: Es un
divertimento ideal para fans de sagas gore casposillas.
Lo peor: No
viene acompañada de ideas y/o talento. Es otra de tantas películas
de asesinos en serio de bajísimo presupuesto sin nada que la haga
destacar.
Puntuación: 3/10.
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