jueves, 28 de febrero de 2019

Amelie

Título original: Le fabuleux destin d’Amélie Pulain. Año: 2001. País: Francia. Género: Comedia, Drama, Romance, Fantasía. Director: Jean-Pierre Jeunet. Guionistas: Jean-Pierre Jeunet y Guillaume Laurant. Intérpretes: Audrey Tatou, Mathieu Kassovitz, Rufus, Serge Merlin, Lorella Cravotta, Dominique Pinon, Jamel Debbouze, Claure Maurier, Clotilde Mollet, Isabelle Nanty, Yolande Moreau, Artus de Penguern.

Amelie es una de mis película favoritas (desde ya lo digo); una estupenda fábula, mezcla de comedia, drama y romance, en la que todos los talentos implicados lo bordan obteniendo de la suma de todos ellos uno de los trabajos más bonitos que servidor haya visto (y sí, sé que estamos ante una película que suma buena cantidad de detractores; ¡insensatos!).


Me resulta harto complicado destacar una sola cosa de esta película. Es por ello que no voy a hacerlo. Voy a alabarlo todo, desde su, muy bien contraído guión (hilvanado con precisión; puede que peque, por momentos, de edulcorado, pero a servidor eso, al menos en esta ocasión, no le molesta en absoluto) hasta la notable labor de su realizador (cuyos preciosos planos imposibles encajan a la perfección con el tono de la cinta), pasando por su exquisita fotografía (dando la sensación de cuento de hadas), por su inolvidable banda sonora y, claro, por unos actores entregadísimos (y perfectos en cada uno de sus roles). A destacar una Audrey Tautou que parece nacida para encarnar a nuestra maravillosa protagonista. También la cantidad de escenas divertidas/entrañables con que cuenta la cinta (véase cómo Amelie se venga del tendero o hace que fotografíen al gnomo de su padre viajando por todo el mundo para desesperación de éste).

 
Pero, ¿sobre qué trata Amelie? Pues, resumiéndolo muy mucho, diría que estamos ante una película protagonizada por una joven de desbordante imaginación (aquí todo parece posible: los cuadros cobran vida, las figuras “viajan” por el mundo, los tenderos tediosos reciben su merecido y hasta tenemos a un tipo, interpretado por Mathieu Kassovitz, que colecciona fotos desechadas del fotomatón) cuyo mayor objetivo parece ser alegrar la vida de la gente que la rodea (convirtiéndose, de paso, en una suerte de justiciera social). Y sí, todo en Amelie es tan increíble como maravilloso. Como maravillosa es esta pequeña joya filmada por Jean-Pierre Jeunet. Una película mágica. Una película con muchísimo encanto. Una película que nunca me canso de recomendar (y alabar; aunque creo que eso ha quedado bien claro).

Lo mejor: El trabajo de todos los implicados.

Lo peor: Cierto tono edulcorado no apto para “amargavidas”.

Puntuación: 9/10.

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