Título original: Water for
Elephants. Año: 2011. País: Estados Unidos. Género: Drama, Romance. Director: Francis Lawrence. Guionista: Richard LaGravenese
(adaptando la novela de Sara Gruen). Intérpretes: Reese Witherspoon, Robert Pattinson,
Christoph Waltz, James Frain, Hal Holbrook, Paul Schneider.
Resulta más que
evidente que los productores de Agua
para elefantes pretendían convertir este largometraje en uno de esos a
tener en cuenta a la hora de repartir toda suerte de galardones. También parece
evidente que la contratación de Pattinson responde a los deseos de atraer al
público más joven, es decir, a los fans de la saga de vampiros y hombres lobo
protagonizada por éste. Pero lo cierto es que no consiguieron ni lo uno ni lo
otro (aunque tampoco le fuese demasiado mal en taquilla, todo sea dicho:
recaudó, en Estados Unidos, más de 58 millones de dólares cuando su presupuesto
se estima en unos 38).
Si bien, y a pesar de estar ante una película que no cumple las expectativas
(ni siquiera las autoimpuestas), he de reconocer que esta historia sobre un
joven (Robert Pattinson, en un papel para el que se tanteó a actores como
Andrew Garfield, Emile Hirsch o Channing Tatum) que acaba trabajando para el
tirano propietario de un circo (Christoph Waltz), e inicia, de paso, una
peligrosa relación sentimental con la mujer de éste (Reese Witherspoon), me ha
gustado bastante más de lo esperado (o de lo que, sinceramente, me esperaba).
Hay muchas cosas buenas en este trabajo: su bello acabado (atención a su colorista y luminosa fotografía), su aroma a melodrama clásico, la labor de los actores… Y es que Pattinson está, afortunadamente, bastante menos soso que en Crepúsculo (Twilight) y sus secuelas, Witherspoon me recordó (salvando muy mucho las distancias) a las grandes estrellas del cine de antaño y Waltz consigue con aparente facilidad (¡es un gran actor!; ¡no descubro nada señalándolo!) que su personaje resulte de lo más repudiable. Es cierto que no todo es positivo (al triángulo amoroso que ocupa gran parte de la trama le falta algo de garra), pero Agua para elefantes es una película entretenida, sentimental y notable a nivel visual.
Lo mejor: Su emotivo acto final.
Lo peor: Me deja con la
sensación de estar ante un trabajo que podría haber aspirado a ser un largometraje
de mayor envergadura.
Puntuación: 6/10.
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