En ocasiones aparece (casi) de la nada una película de bajo
presupuesto que se acaba convirtiendo en una de las sorpresas del año,
obteniendo tanto el favor de la crítica como el del público y haciéndose un
hueco en los Oscar (Juno se alzó con
el galardón al mejor guión original). Eso es lo que le ocurrió al segundo
largometraje de Reitman, como anteriormente le había sucedido a, por citar dos
ejemplos muy diferentes, Pulp Fiction
o Pequeña Miss Sunshine (Little Miss
Sunshine).
Juno (Ellen Page) es, como bien indica el título, la protagonista de esta cinta. Una joven que se queda embarazada y que duda entre abortar o seguir adelante con el embarazo y dar al niño en adopción a una pareja, la formada por Mark (Jason Bateman) y Vanessa (Jennifer Garner), que no puede tener hijos.
Que la trama no nos lleve a engaño, no estamos ante un melodrama convencional. No lo es gracias al genial guión de Diablo Cody (el cual hace gala de un sentido del humor más bien negro y sarcástico, aunque peca, en ocasiones, de un buenrollismo algo impostado) y a su más que acertado reparto. Y es que la labor de los intérpretes es impecable, aunque sobresale por encima de todos Ellen Page, quien dota de un encanto especial a su personaje, una sabelotodo protestona que en otras manos habría podido resultar demasiado arrogante. La guinda a este, no demasiado dulce, pastel la pone su excelente banda sonora, compuesta por canciones de Belle & Sebastian, Sonic Youth o The Velvet Underground.
Juno (Ellen Page) es, como bien indica el título, la protagonista de esta cinta. Una joven que se queda embarazada y que duda entre abortar o seguir adelante con el embarazo y dar al niño en adopción a una pareja, la formada por Mark (Jason Bateman) y Vanessa (Jennifer Garner), que no puede tener hijos.
Que la trama no nos lleve a engaño, no estamos ante un melodrama convencional. No lo es gracias al genial guión de Diablo Cody (el cual hace gala de un sentido del humor más bien negro y sarcástico, aunque peca, en ocasiones, de un buenrollismo algo impostado) y a su más que acertado reparto. Y es que la labor de los intérpretes es impecable, aunque sobresale por encima de todos Ellen Page, quien dota de un encanto especial a su personaje, una sabelotodo protestona que en otras manos habría podido resultar demasiado arrogante. La guinda a este, no demasiado dulce, pastel la pone su excelente banda sonora, compuesta por canciones de Belle & Sebastian, Sonic Youth o The Velvet Underground.
Lo mejor: Ellen
Page y el guión.
Lo peor: A veces
se pasa de lista.
Puntuación: 7/10.
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