Título original: Annabelle. Año:
2014. País: Estados Unidos. Género: Terror. Director: John R. Leonetti. Guionista: Gary Dauberman. Intérpretes: Annabelle Wallis, Ward
Horton, Alfre Woodard, Tony Amendola, Kerry O’Malley, Brian Howe.
Nacida al amparo del éxito de la
muy notable Expediente Warren (The
Conjuring), Annabelle no logra ser
ni la mitad de interesante y/o aterradora (sólo cuenta con 2 o 3 sustos que se
concentran prácticamente en la parte final) que la película de James Wan (quien
cede las riendas de la dirección al semidesconocido John R. Leonetti, director
de fotografía de algunas de sus películas, y se dedica a labores de producción).
Antes de indagar un poco más en los defectos de la cinta (¡esas interpretaciones de encefalograma plano! ¡esa Annabelle Wallis que pone la misma cara tanto si la atacan como si la besan!) voy a contar un poco de su trama: todo comienza cuando
Estrenada aquí en el Festival de
Sitges (pocos días después llegaba a nuestras salas), Annabelle se ha beneficiado de una campaña de marketing de lo más
potente (¿serán ciertos esos disturbios que, se dice, han tenido lugar en la
salas de cine de Francia en las que se proyectaba?) y, sobre todo, del éxito de
crítica y público que obtuvo la ya mencionada cinta de Wan (en la misma se
contaba brevemente la historia de tan peculiar muñeca). Una cosa tengo clara: a
Annabelle (y sus raquíticas interpretaciones,
soporífero inicio e incluso previsible desenlace) no le habría ido ni la mitad
de bien (durante su primer fin de semana de exhibición en USA recaudó algo más de
37 millones de dólares, ¡casi 6 veces lo que costó!) de no haber llegado
precedida por Expediente Warren. ¡Si
Chucky levantara la cabeza!
Lo mejor: Mejora considerablemente a partir de la escena del
ascensor.
Lo peor: 1) Los primeros 45 minutos. 2) Los actores en general, y
Annabelle Wallis en particular.
Puntuación: 4/10.
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