Título original: Thor. Año:
2011. País: Estados Unidos. Género: Acción, Fantasía,
Ciencia-Ficción. Director: Kenneth
Branagh. Guionistas: Mark
Protosevich, Don Payne, Ashley Miller, J. Michael Straczynski y Zack Stentz
(adaptando las historias de los personajes creados por Stan Lee y Jack Kirby). Intérpretes: Chris Hemsworth, Natalie
Portman, Tom Hiddleston, Anthony Hopkins, Stellan Skarsgård, Jaimie Alexander,
Ray Stevenson, Idris Elba, Kat Dennings, Colm Feore, Clark Gregg, Josh Dallas,
Tadanobu Asano, Rene Russo, Maximiliano Hernández, Jeremy Renner, Samuel L.
Jackson.
Thor (Chris Hemsworth) está a
punto de ser nombrado rey de Asgard, pero un terrible contratiempo y su
arrogancia hacen que acabe siendo castigado por su padre (Anthony Hopkins) y
desterrado a nuestro planeta. Aquí trabará amistad con una joven (Natalie
Portman) al mismo tiempo que trata de averiguar cómo recuperar su poderoso
martillo y regresar a su hogar.
Así comienza la película. Y tras verla me he dado cuenta de que conocía al
personaje (¿y quién no?) pero apenas sabía nada de sus orígenes. Al mismo
tiempo mis dudas ante la elección de Kenneth Branagh como director de un
proyecto de estas características se iban disipando, porque, y salvando muy
mucho las distancias, estamos ante una cinta en la que hay intrigas palaciegas,
rencillas familiares e incluso traiciones. Es decir, lo que acostumbra a verse,
y vuelvo a repetir, salvando las distancias, en las adaptaciones de Shakespeare
realizadas por el ex de Emma Thompson.
Es una pena, eso sí, que al final la historia quede eclipsada por culpa de
distintos excesos visuales (señalar que gran parte de la acción tiene lugar en
el mundo del protagonista y de sus archienemigos, unos monstruos de hielo cuya
caracterización es francamente llamativa), de un reparto un tanto irregular
(Hemsworth tendrá el físico que requiere el personaje, pero cero carisma) o de
algunas subtramas sin fuerza (la relación amorosa que se establece entre Thor y
el personaje de Portman, por ejemplo, parece metida con calzador). Por cierto,
los que se queden a ver los créditos finales tendrán como recompensa una escena
extra con Samuel L. Jackson como invitado estrella.
Lo mejor: Los efectos especiales (a pesar de ciertos excesos).
Lo peor: La primera vez que la vi me quedé dormido. Con eso lo digo
todo.
Puntuación: 4/10.
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