Título original: Fantastic Four. Año: 2005. País: Estados
Unidos. Género: Acción, Ciencia-Ficción.
Director: Tim Story. Guionista: Mark Frost y Michael France (a
partir de los personajes de Stan Lee, Jack Kirby y Don Payne). Intérpretes:
Ioan Gruffudd, Jessica Alba, Chris Evans, Michael Chiklis, Julian McMahon,
Kerry Washington, Stan Lee.
Película basada en los populares
personajes creados por Stan Lee y Jack Kirby y realizada tras el enorme éxito
de otras producciones protagonizadas por superhéroes, como Superman o Batman. Sin
embargo, lo que diferencia a la adaptación cinematográfica de Los cuatro fantásticos de otras es su
tono ligero, casi infantil, en contraposición al toque oscuro de Batman Begins o más adulto e irónico de
Kick-Ass, por citar dos ejemplos.
Dicho tono infantil se nota sobremanera en la tontorrona relación amorosa que
se establece entre Reed (Ioan Gruffudd, en un papel para el que fueron
considerados, entre otros, George Clooney o Brendan Fraser) y Sue (Jessica
Alba) y, sobre todo, en el tira y afloja humorístico (de dudosa gracia si ya no
eres un infante) que mantienen los personajes de Johnny (Chris Evans) y Ben
(Michael Chiklis).
El grupo de actores escogido para los papeles principales tampoco brilla en demasía.
Evans y Alba se dedican a lucir músculos y curvas respectivamente, siendo sus
interpretaciones de lo más mediocres. El resto del reparto tampoco se salva de
la quema, ni siquiera McMahon, quien interpreta al malo de la función, ya que,
a pesar de su buena (que no impactante) presencia, su personaje resulta
demasiado simplón y no todo lo aterrador que debiera. Uno de los puntos de
interés en una película de estas características reside en sus efectos
especiales, los cuales no desentonan en absoluto con su tono pero que sólo
pueden ser descritos como correctos, desde luego no impresionantes. El
resultado final acaba siendo de lo más discreto, sólo recomendada para fans de
los personajes y de las películas de superhéroes, siempre y cuando no hagan demasiado
caso a los terribles diálogos.
Lo mejor: Ver a McMahon involucrado en una superproducción así
(costó alrededor de cien millones de dólares).
Lo peor: Está repleta de momentos bochornosos e infantiles.
Puntuación: 3/10.
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