domingo, 12 de marzo de 2017

Freeway (Sin salida)

Título original: Freeway. Año: 1996. País: Estados Unidos. Género: Intriga, Comedia Negra. Director: Matthew Bright. Guionista: Matthew Bright. Intérpretes: Reese Witherspoon, Kiefer Sutherland, Brooke Shields, Dan Hedaya, Bokeem Moodbine, Amanda Plummer, Brittany Murphy, Michael T. Weiss, Guillermo Díaz, Alanna Ubach, Conchata Ferrell.

Freeway, conocida por aquí con la coletilla Sin salida, es una especie de versión moderna del cuento (¿infantil?) de Caperucita Roja; con variantes, claro. Aquí Caperucita (una Reese Witherspoon que todavía soñada con convertirse en la estrella de Hollywood que es hoy día) no es esa inocente niñita que va a casa de su abuelita; es una joven que huye ante su posible entrada en un orfanato tras la enésima detención de su madre y su padrastro y que, de camino a casa de su abuela, se topará con un tipo (Kiefer Sutherland) con no muy buenas intenciones. 


Me entusiasma (y me sorprende) su capacidad para retorcer tan famosa historia. No tanto que la narración vaya dando tumbos (llegados a cierto punto el guión parece no dar más de sí). Tampoco ayuda la indefinición que sufren gran parte de los personajes secundarios o que los actores estén, en su mayoría, sobreactuados; caricaturizando todavía más sus personajes (sirvan como ejemplo los casos de Amanda Plummer y Brittany Murphy), por mucho que ello le pueda venir como anillo al dedo a una película de las características de la que nos ocupa. A Witherspoon y Sutherland (24), y a las también mencionadas Plummer y Murphy, los acompañan intérpretes como Brooke Shields, la que fuera protagonista de El lago azul (The Blue Lagoon), Conchata Ferrell, de la sitcom Dos hombres y medio (Two and a Half Men),  Dan Hedaya (actor todoterreno que ha trabajado para directores como Brian De Palma, Oliver Stone, Gus Van Sant, Bryan Singer, David Lynch o los hermanos Coen) y Guillermo Díaz (Nowhere).

  
Personajes desarraigados, autodestructivos, psicológicamente inestables y desequilibrados se mezclan entre sí en este delirio sangriento en el que, claro, también hay enfrentamiento con el lobo feroz (pero con peculiares resultados). Premisa interesante (prometía mucho, es así) para una muy irregular producción con mejores (e irreverentes) intenciones que resultados.

Lo mejor: Que sea capaz de pervertir un cuento tan infantilizado por la cultura popular.

Lo peor: Me gusta menos de lo que quiero que me guste.

Puntuación: 4,5/10.

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