miércoles, 22 de marzo de 2017

Una noche para morir

Título original: Prom Night. Año: 2008 País: Canadá. Género: Terror. Director: Nelson McCormick. Guionista: J.S. Cardone. Intérpretes: Brittany Snow, Johnathon Schaech, Jessica Stroup, Scott Porter, Kellan Lutz, Joshua Leonard, Mary Mara, Lindsen Ashby, Idris Elba, Jana Kramer, Brianne Davis, Rachel Specter, Kelly Blatz, Lori Heuring, Dana Davis, Ming-Na Wen, James Ransone.

Insípido remake de una película protagonizada por Jamie Lee Curtis (titulada también Prom Night y conocida por estos lares con el subtítulo Llamadas de terror), Una noche para morir  nos relata la triste historia de Donna (Brittany Snow), quien presenció el asesinato de su familia a manos de un profesor obsesionado con ella. La acción de la película se desarrolla tres años más tarde, cuando Donna y sus amigas se preparan para acudir al baile de graduación al mismo tiempo que su acosador consigue escapar.

 
Los protagonistas son, claro, un puñado de rostros jóvenes con más que discutibles cualidades interpretativas (tampoco es que el material que tienen entre manos les ofrezca la oportunidad de lucirse, las cosas como son). A Snow la hemos podido ver en Pitch Perfect, Joshua Leonard fue uno de los protagonistas de El proyecto de la bruja de Blair (The Blair Witch Project), Kellan Lutz y Jessica Stroup participaron (el primero más brevemente) en Sensación de vivir: La nueva generación (90210) y Johnathon Schaech ha protagonizado películas tan dispares como The Wonder o Maldita generación (The Doom Generation).


Una noche para morir es una película de terror muy ligera; por una parte sorprende la escasa sangre mostrada en pantalla, por otra los pocos (y tontísimos) sustos con que cuenta. Y es que las escenas de suspense y acción no están tan bien resueltas como debieran. Tampoco ayudan las mediocres interpretaciones de prácticamente todo el reparto. La película sigue los patrones relanzados por Scream, pero, además de resultar mucho más monótona, da la sensación de llegar demasiado tarde. Y es que la mayoría de sucedáneos que la película de Craven generó a finales de los 90 son más interesantes que este subproducto sólo apto para pasar el rato o para los fans menos exigentes del (sub)género.

Lo mejor: La escena protagonizada por Lisa (Dana Davis).

Lo peor: La escasez de sustos.

Puntuación: 3/10.

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