Título original: Cutting Class. Año: 1989. País: Estados Unidos. Género: Intriga, Terror. Director:
Rospo Pallenberg. Guionista: Steve
Slavkin. Intérpretes: Donovan Leitch, Brad Pitt, Jill Schoelen,
Roddy McDowall, Brenda James, Martin Mull.
Estoy seguro de que
si Brad Pitt pudiese eliminar alguna película de su filmografía ésta estaría en
la terna de finalistas. Y es que nadie hubiese adivinado jamás (y menos por su
interpretación) que uno de los protagonistas de semejante subproducto acabaría
convirtiéndose en uno de los actores más famosos de su generación (¡y más!).
Porque Clase sangrienta es un flojo slasher que nos narra cómo el regreso de
Brian (Donovan Leitch), quien acaba de salir de un psiquiátrico, coincide con
toda una serie de crueles asesinatos, por lo que pronto se convierte en el
principal sospechoso. El arrogante Dwight (Brad Pitt), antiguo amigo de Brian,
será el primero en acusarle, a pesar de que su novia, Paula (Jill Schoelen), no
lo tenga tan claro.
No hay mucho que decir sobre este trabajo: el guión es inexistente (y por
momentos incluso cómico), el devenir previsible y las interpretaciones de lo
más irregulares (Leitch, por ejemplo, se dedica a fruncir el ceño y poner cara
de ido). Lo único por lo que ha podido trascender es por el hecho de haber sido
una de las primeras películas protagonizadas por Pitt. Eso sí, cuenta con
algunas muertes tan divertidas como rebuscadas.
Lo mejor: Ver a un primerizo Brad Pitt en una película
de estas características. Atención a las rebuscadas muertes. Dos me viene a la
cabeza irremediablemente, la que tiene lugar en una fotocopiadora (¡impagable!)
y la que sucede en una cama elástica (¡delirante!).
Lo peor: No funciona, de ninguna
manera, ni como intriga ni como slasher
(en los ochenta se produjeron tropecientas películas pertenecientes a dicho
subgénero que se comen con patatas a la que nos ocupa).
Puntuación: 2/10.
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