Título
original: I’m Still Here. Año:
2010. País: Estados Unidos. Género: “Documental”.
Director: Casey Affleck. Guionistas: Casey Affleck y
Joaquin Phoenix.
Casey Affleck filma, en
clave de falso documental, la drástica decisión del actor Joaquin
Phoenix de abandonar su carrera de actor e iniciar una nueva como
músico de hip hop (¿o era como rapero?) a pesar de sus nulas
cualidades. A lo largo de algo más de hora y media somos testigos,
en primera persona, de las miserias que rodean al actor, de su
errático comportamiento (consumo de drogas incluido) y, lo más
importante, de su dura crítica al mundo del espectáculo y a todo lo
que le rodea (véase el retrato burlón y sensacionalista que se
ofrece de los medios de comunicación).
Sacha Baron Cohen ya
había realizado, y con mucho éxito, algo similar. Pero, mientras
que en las películas de éste se sabía de antemano que su personaje
era ficticio y las situaciones cómicas que provocaba reales, el
trabajo de Phoenix y Affleck fue vendido como un documental en toda
regla.
He de confesar que le tenía muchas ganas a este
proyecto, incluso a pesar de que antes de su estreno se descubriese
que de real tenía bien poco. Eso, al fin y al cabo, acaba siendo lo
de menos. Lo importante (e impactante) es su desoladora visión del
mundillo artístico, así como el magnífico trabajo de Phoenix,
quien se merece todos los premios habidos y por haber. Pero no todo
es positivo, ya que la cinta acusa cierta repetición de patrones e
incluye algunas secuencias olvidables que sobrepasan lo grotesco,
convirtiendo el esperpento en pura farsa de burda comicidad. Eso sí,
lo que no se les puede negar es valentía (y riesgo) por sacar
adelante un largometraje de estas características. Me pregunto si
les mereció la pena…
Lo mejor: Phoenix.
Eso y que estemos ante una idea ciertamente arriesgada.
Lo peor: Que casi
resulte más interesante todo lo que rodeó al mismo. Es decir,
cuando todos nos preguntábamos si Phoenix había perdido la cabeza.
Puntuación: 6/10.
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