Lucy

Título original: Lucy. Año: 2014. País: Francia. Género: Acción, Ciencia-Ficción. Director: Luc Besson. Guionista: Luc Besson. Intérpretes: Scarlett Johansson, Morgan Freeman, Amr Waked, Choi Min-sik, Pilou Asbæk, Analeigh Tipton.

Las chicas son guerreras, ya nos lo cantaba Coz. Luc Besson debe opinar lo mismo, puesto que en su (muy desequilibrada) filmografía confluyen varios títulos protagonizados por féminas de los más guerreras: Nikita, dura de matar (Nikita), Juana de Arco (The Messenger: The Story of Joan of Arc)… A dicha lista se une ahora Lucy, y con ella la todoterreno Scarlett Johansson (nunca me cansaré de decir lo infravalorada, no hay género que se le resista, e impresionantemente sexy que es) toma el relevo de otras heroínas de acción made in Besson, como Anne Parillaud o Milla Jovovich (ex-parejas, ambas dos, del director francés).

La protagonista de la película es una choni cualquiera (mi querida Johansson) que sin comerlo ni beberlo se ve luchando por su vida, y clamando venganza (¡faltaría más!), cuando unos narcotraficantes (capitaneados por Choi Min-sik, el protagonista de la muy alabada Old Boy) la usan como mula de una droga experimental (CPH4 la llaman, y es,  según nos indican, la enzima que genera una embarazada en su sexto mes de gestación) que provoca que nuestra capacidad cerebral aumente considerablemente (por lo visto sólo usamos un  mísero 10%).

Creo que lo que más me molesta de Lucy es que es otra tonta película de acción (¿o de superhéroes?) disfrazada de cinta existencialista (bueno, más o menos). Su mayor problema: un guión más simple de lo que el mismísimo Besson pretende hacernos ver. Eso y sus personajes desdibujados (a Morgan Freeman, y eso lo sabe hasta él, lo han contratado porque su presencia puede dar algo de credibilidad a un personaje, el de un científico que parece ser el único capaz de “ayudar” o “entender” qué le pasa a Lucy, que no puede aportar menos; y lo que aporta es, básicamente, información que el director es incapaz de hacernos llegar de otra manera). Lucy podría haber sido una entretenida cinta de acción, pero las ínfulas del director/guionista dan al traste con ello.

Lo mejor: El “viaje” de nuestra heroína al final de la película (¡qué difícil resultar explicarlo sin meter la pata con algún spoiler!).

Lo peor: Se cree más inteligente de lo que realmente es.

Puntuación: 4,5/10.