Título original: How to Get Away with Murder. Año: 2014. País: Estados Unidos. Género:
Intriga. Director: Michael Offer. Guionista: Peter
Nowalk. Intérpretes: Viola Davis,
Billy Brown, Alfred Enoch, Jack Falahee, Aja Naomi King, Matt McGorry, Karla
Souza, Katie Findlay, Charlie Weber, Liza Weil, Tom Verica.
Últimamente no le tengo demasiado aprecio a Shonda Rhimes, creadora de mi, a pesar de todo (¡qué mal ha empezado la undécima temporada, joder!), querida Anatomía de Grey (Grey’s Anatomy). La culpa la tienen sus disputas con Katherine Heigl (que podrá ser todo lo diva que queráis, pero era el corazón de dicha serie), lo mal que gestionó el caso Isaiah Washington, esas tramas cada vez más imposibles (¡el episodio musical, el final de temporada en el que se estrella el avión en el que viajan varios de los protagonistas, Meredith y sus medio hermanas!) o el poco interés que despertaron en mí otros de sus trabajos: Sin cita previa (Private Practice) era un mojón de los gordos (¿para qué darle su propia serie a uno de los personajes más insufribles de Anatomía de Grey? y para más inri, ¿alguien reconocía a la Addison de la serie protagonizada por Ellen Pompeo y Patrick Dempsey en esa “dramedia” sobre pijos médicos new age?) y el argumento de Scandal (la historia, simplificándolo todo lo posible, gira en torno a una abogada experta en manejar crisis y escándalos) me da una pereza de morirse.
¿Que por qué me he decidido a darle una oportunidad a How to Get Away with Murder si le tengo tanta tirria a Miss Rhimes? Pues básicamente por la premisa (el misterioso asesinato de una joven; no es que sea muy original, pero sí diferente a lo que hasta ahora nos había ofrecido la famosa productora y guionista) y por las buenas críticas que ha recibido (sí, ya sé que Scandal también las tuvo en su día).
Los protagonistas de la serie son
una abogada y profesora de derecho penal, a la que da vida Viola Davis, y cinco
de sus estudiantes más brillantes. Se supone que Davis es una de esas actrices
que dan prestigio a los trabajos en los que participan, pero yo no sé de dónde
le llegan tantas alabanzas (a mí me parece una actriz correcta, pero nada más),
y menos tras verla actuar aquí (no ayuda demasiado que su personaje sea una
mala mezcla entre el Dr. Gregory House y la Dra. Miranda Bailey). Aun así no le
cuesta ser la mejor intérprete de la serie. Serie que, a pesar de contar con
jugosos ingredientes (traiciones, asesinatos, infidelidades…), no logra
engancharme. Y no, no voy a culpar en esta ocasión a Rhimes, quien aquí sólo ejerce
de productora ejecutiva. Tampoco a Davis. Prefiero culpar a los guionistas y a
su poca habilidad para sacar algo más interesante de las historias de esta
peculiar abogada.
Lo mejor: La sorpresa final y lo bien que le queda la barba a
Charlie Weber.
Lo peor: Su horripilante montaje. Eso y que no me deja con ganas de
más.
Puntuación: 4/10.
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