Título original: Adore. Año:
2013 País: Australia. Género: Drama. Directora: Anne Fountain. Guionistas: Anne Fountain y Christopher
Hampton (adaptando una novela de Doris Lessing). Intérpretes: Robin Wright, Naomi Watts, Xavier Samuel, James
Frecheville, Ben Mendelsohn, Sophie Lowe, Jessica Tovey.
Poco sabía de esta película cuando
me dispuse a verla. Tan sólo que estaba protagonizada por dos actrices bastante
bien consideradas: Robin Wright, la inolvidable (sin ser yo fan acérrimo de
ella) protagonista femenina de Forrest
Gump o La princesa prometida (The
Princess Bride), y Naomi Watts, actriz que nos descubrió el siempre genial
David Lynch en mi adorada Mulholland
Drive y nominada al Oscar gracias a su participación en la hiperfamosa producción
española Lo imposible.
Pues bien, resulta que Dos madres perfectas, adaptación cinematográfica de una novela de la escritora británica Doris Lessing (ganadora de premios tan prestigiosos como el Nobel y el Príncipe de Asturias), está protagonizada por dos amigas inseparables (Wright y Watts, claro) que inician sendas relaciones amorosas con sus hijos. No con sus propios hijos (que la trama es un tanto perturbadora pero no tanto), sino que cada una con el hijo de la otra. Es decir, Wright con Ian (Xavier Samuel), el hijo del personaje de Watts, y Watts con Tom (James Frecheville), el hijo del personaje de Wright.
Pues bien, resulta que Dos madres perfectas, adaptación cinematográfica de una novela de la escritora británica Doris Lessing (ganadora de premios tan prestigiosos como el Nobel y el Príncipe de Asturias), está protagonizada por dos amigas inseparables (Wright y Watts, claro) que inician sendas relaciones amorosas con sus hijos. No con sus propios hijos (que la trama es un tanto perturbadora pero no tanto), sino que cada una con el hijo de la otra. Es decir, Wright con Ian (Xavier Samuel), el hijo del personaje de Watts, y Watts con Tom (James Frecheville), el hijo del personaje de Wright.
Me imagino a las pobres protagonistas
leyendo el guión y viendo en él algo lo suficientemente interesante como para
hincarle el diente (las actrices siempre se están quejando de que apenas les
ofrecen papeles interesantes a partir de los 40, lo cual es, dicho sea de paso,
tan real como injusto). Pero lo cierto es que esta película peca de superficial
(veo poca pasión para tan arriesgado argumento) y, por momentos, aburrida. Tan sólo
se salva algún que otro giro inesperado. Tanto Wright como Watts se merecen
algo mejor.
Lo mejor: Algún que otro giro argumental.
Lo peor: Le falta profundidad.
Puntuación: 4/10.
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