lunes, 11 de abril de 2016

Deadpool

Título original: Deadpool. Año: 2016. País: Estados Unidos. Género: Acción, Comedia, Ciencia-Ficción. Director: Tim Miller. Guionistas: Rhett Reese y Paul Wernick (adaptando las aventuras del personaje creado por Fabian Nicieza y Rob Liefeld). Intérpretes: Ryan Reynolds, Morena Baccarin, T.J. Miller, Michael Benyaer, Brianna Hildebrand, Gina Carano, Ed Skrein, Karan Soni, Stefan Kapicic (sólo voz), Stan Lee.

Recientemente Deadpool se convertía en la película con calificación R (prohibida para menores de 17 años que no vayan acompañados de un adulto) más taquillera de la historia. Dicho hito venía a sumarse a la larga lista que ya ostentaba la cinta: presentarse como la cita ineludible (tanto para fans como para no fans) teniendo como protagonista a un antihéroe “menor” de la casa Marvel, lograr un nada fácil equilibrio entre humor y acción y, además, resarcir a Reynolds, quien ya había participado, con muy poca fortuna, en otra adaptación comiquera, la olvidable Linterna Verde (Green Lantern).


Conviene recordar, aunque sólo sea como curiosidad, que el personaje ya había sido presentado (cinematográficamente hablando) en X-Men orígenes: Lobezno (X-Men Origins: Wolverine) y que en aquella cinta (atención a las múltiples bromas, nada ocultas, a costa de Lobezno y del actor que lo ha encarnado en tantas ocasiones: Hugh Jackman) ya era Reynolds quien le daba vida. Ahora es el protagonista absoluto y la película que nos ocupa se encarga de mostrarnos como el deslenguado Wade Wilson (Reynolds, claro), antiguo miembro de las fuerzas especial, acaba convertido en un mercenario desfigurado e… ¡inmortal! Morena Baccarin, una de las protagonistas del fallido reboot de la teleserie V, interpreta a su interés amoroso.


Precedida por una agresiva (y muy inteligente) campaña promocional y dirigida por el novato Tim Miller (éste es su primer largometraje, aunque acumula experiencia en distintos campos cinematográficos), Deadpool viene a demostrar varias cosas: que Marvel goza (cinematográfica y televisivamente hablando) de una salud envidiable, que todavía se pueden hacer buenas comedias de acción e incluso que una película de superhéroes puede triunfar en taquilla sin pecar de infantiloide. ¡Larga vida a La casa de las ideas!

Lo mejor: Su mezcla de humor (se agradece que no se tome en serio a nada ni a nadie) y acción, sus múltiples guiños y el culo de Reynolds.

Lo peor: Coloso convertido en una parodia de sí mismo.

Puntuación: 7/10.

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