lunes, 18 de abril de 2016

Mulholland Drive

Título original: Mulholland Drive. Año: 2001. País: Estados Unidos. Género: Intriga. Director: David Lynch. Guionista: David Lynch. Intérpretes: Naomi Watts, Laura Harring, Justin Theroux, Robert Forster, Ann Miller, Dan Hedaya, Brent Briscoe, Jeannie Bates, Billy Ray Cyrus, Mark Pellegrino, Melissa George, Angelo Badalamenti.

Siempre que he recomendado alguno de los trabajos de David Lynch he alertado con antelación acerca de lo complicado que puede resultar adentrarse en su cine (sobre todo en sus títulos más paranoides: mis favoritos). Por lo marciano de sus propuestas, definitivamente no aptas para todos los públicos, sus claustrofóbicas historias, sus delirios, sus enigmáticos y diabólicos personajes… En la filmografía de Lynch nada es lo que parece ni nadie es quien dice ser, la confusión y el caos domina el ambiente. Un ambiente malsano como el que invade cada fotograma de Mulholland Drive.


Tratar de resumir un poco la trama es tarea harto complicada, pero lo intentaré: Mulholland Drive nació inicialmente como capítulo piloto para una serie de televisión, el cual fue rechazado por los directivos de la cadena debido a su confuso guión (¿hola?) y también porque consideraban que sus protagonistas (Watts y Harring) eran demasiado mayores para el medio. Afortunadamente, Lynch consiguió reunir más dinero y terminó por convertir el material en un largometraje (elegido por la prestigiosa Les Cahiers du cinéma como el mejor de su década). La trama principal implica a dos mujeres, Betty (Naomi Watts) y Rita (Laura Harring). La primera ha llegado a Los Ángeles con la esperanza de triunfar como actriz; la segunda ha perdido la memoria tras un accidente de coche. Ambas tratarán de averiguar la verdadera identidad de Rita.


Lynch escribe un relato aterrador (señalando a Hollywood como una fábrica de sueños rotos, repleto de traiciones y favoritismos) y onírico, que puede parece demasiado críptico para los desconocedores de su trabajo y todo un dolor de cabeza para los que no simpaticen con el mismo, puesto que en aquí conviven gran parte de sus filias y fobias. Si bien lo cierto es que el resultado es tan estremecedor como hipnótico. Además Lynch filma con suma maestría y parsimonia (véase cómo maneja la cámara de manera que parece que algo o alguien acecha al otro lado de la puerta o a la vuelta de la esquina), siendo ello uno de los grandes atractivos. Habría que añadir también una banda sonora (¡sobresaliente Angelo Baladamenti!) que casa de manera perfecta con el tono de la película y que pone la piel de gallina, así como el descubrimiento que supuso una muy adecuada Watts. Toda una delicia para paladares que se presten a lo grotesco y absurdo, a lo icónico y al más puro de los delirios… el resto mejor que se abstengan.

Lo mejor: Un guión que te atrapa desde el primer minuto.

Lo peor: No da lugar a tantas interpretaciones como otros trabajos de Don Lynch.

Puntuación: 9/10.

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