Título original: Mulholland Drive. Año: 2001. País: Estados Unidos. Género:
Intriga. Director: David Lynch. Guionista: David
Lynch. Intérpretes: Naomi Watts,
Laura Harring, Justin Theroux, Robert Forster, Ann Miller, Dan Hedaya, Brent
Briscoe, Jeannie Bates, Billy Ray Cyrus, Mark Pellegrino, Melissa George,
Angelo Badalamenti.
Siempre que he recomendado alguno
de los trabajos de David Lynch he alertado con antelación acerca de lo
complicado que puede resultar adentrarse en su cine (sobre todo en sus títulos
más paranoides: mis favoritos). Por lo marciano de sus propuestas,
definitivamente no aptas para todos los públicos, sus claustrofóbicas
historias, sus delirios, sus enigmáticos y diabólicos personajes… En la
filmografía de Lynch nada es lo que parece ni nadie es quien dice ser, la
confusión y el caos domina el ambiente. Un ambiente malsano como el que invade
cada fotograma de Mulholland Drive.
Tratar de resumir un poco la trama es tarea harto complicada, pero lo intentaré:
Mulholland Drive nació inicialmente
como capítulo piloto para una serie de televisión, el cual fue rechazado por
los directivos de la cadena debido a su confuso guión (¿hola?) y también porque
consideraban que sus protagonistas (Watts y Harring) eran demasiado mayores para
el medio. Afortunadamente, Lynch consiguió reunir más dinero y terminó por
convertir el material en un largometraje (elegido por la prestigiosa Les Cahiers du cinéma como el mejor de
su década). La trama principal implica a dos mujeres, Betty (Naomi Watts) y
Rita (Laura Harring). La primera ha llegado a Los Ángeles con la esperanza de
triunfar como actriz; la segunda ha perdido la memoria tras un accidente de
coche. Ambas tratarán de averiguar la verdadera identidad de Rita.
Lynch escribe un relato aterrador (señalando a Hollywood como una fábrica de
sueños rotos, repleto de traiciones y favoritismos) y onírico, que puede parece
demasiado críptico para los desconocedores de su trabajo y todo un dolor de
cabeza para los que no simpaticen con el mismo, puesto que en aquí conviven
gran parte de sus filias y fobias. Si bien lo cierto es que el resultado es tan
estremecedor como hipnótico. Además Lynch filma con suma maestría y parsimonia
(véase cómo maneja la cámara de manera que parece que algo o alguien acecha al
otro lado de la puerta o a la vuelta de la esquina), siendo ello uno de los
grandes atractivos. Habría que añadir también una banda sonora (¡sobresaliente Angelo
Baladamenti!) que casa de manera perfecta con el tono de la película y que pone
la piel de gallina, así como el descubrimiento que supuso una muy adecuada
Watts. Toda una delicia para paladares que se presten a lo grotesco y absurdo,
a lo icónico y al más puro de los delirios… el resto mejor que se abstengan.
Lo mejor: Un guión que te atrapa desde el primer minuto.
Lo peor: No da lugar a tantas interpretaciones como otros trabajos
de Don Lynch.
Puntuación: 9/10.
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