Título original: Ant-Man. Año: 2015. País: Estados
Unidos. Género: Acción, Comedia,
Ciencia-Ficción. Director: Peyton
Reed. Guionistas: Adam McKay, Edgar
Wright, Joe Cornish y Paul Rudd (adaptando los cómics de Stan Lee, Larry Lieber
y Jack Kirby). Intérpretes: Paul Rudd, Michael Douglas, Evangeline Lilly,
Michael Peña, Corey Stoll, Judy Greer, Bobby Cannavale, Abby Ryder Fortson,
Anthony Mackie, Hayley Atwell, Martin Donovan, Stan Lee.
Peyton Reed, responsable de comedias
como A por todas (Bring It On) o Separados (The Break-Up), ha logado
filmar una de las películas de superhéroes más entretenidas de los últimos
años. En cierta manera me recuerda a las dos primeras entregas de las aventuras
del hombre araña dirigidas por Sam Raimi. Y sí, es todo un piropo.
Ant-Man, también conocido como el
hombre hormiga, llega para unirse al extenso número de superhéroes Marvel que llevan poblando las
pantallas de todo el mundo de un tiempo a esta parte (Iron Man, Thor, Capitán
América, Spider-Man…). Y lo hace con una película que mezcla acción (no puede
faltar la inevitable pelea bueno contra malo al final) y comedia (muy acertado
el tono de la película y la elección de Rudd, un actor muy experimentado en el
género cómico, como protagonista/héroe) y que cuenta con unos efectos
especiales IMPRESIONANTES (¡atención a la escena de la bañera en la que vemos
cómo el personaje de Rudd “encoge” por primera vez!).
Como ya he dicho, Paul Rudd,
actor visto en comedias como Te quiero,
tío (I Love You, Man), Mal ejemplo
(Role Models) o Lío embarazoso (Knocked
Up), es el protagonista e interpreta a Scott Lang, un ex-convicto que acaba
formando equipo (a pesar de ciertas reticencias iniciales) con el doctor Hank Pym
(Michael Douglas), quien le instruye para convertirse en un superhéroe (en
miniatura, gracias a uno de sus experimentos) que le ayude a desenmascarar a un
antiguo colega (Corey Stoll) que amenaza con vender los descubrimientos de éste
a una peligrosa organización: H.Y.D.R.A. El resultado final, a pesar de cierto
exceso en su duración y de un Douglas que pone la misma cara de póker (o de no
saber qué hace aquí) en todas sus escenas, es ciertamente satisfactorio.
Lo mejor: Su acertada mezcla de géneros y sus espléndidos efectos
especiales.
Lo peor: Michael Douglas.
Puntuación: 6,5/10.
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