miércoles, 13 de abril de 2016

Carretera perdida

Título original: Lost Highway. Año: 1997. País: Estados Unidos. Género: Intriga. Director: David Lynch. Guionistas: David Lynch y Barry Gifford. Intérpretes: Bill Pullman, Patricia Arquette, Balthazar Getty, Robert Blake, Natasha Gregson Wagner, Jack Nance, Richard Pryor, Gary Busey, Robert Loggia.

Admiro enormemente a Don David Lynch. Lo he dicho muchas veces y no me canso de hacerlo. Como tampoco me importa repetir que me gustan, por encima de todo, sus trabajos más locos y delirantes. No en vano Mulholland Drive es una de mis películas favoritas. Carretera perdida, la que nos ocupa, también es una de sus películas que más he disfrutado y que más me han marcado.


Y es que esta bizarrada, sobre un músico de jazz (Bill Pullman) cuyo mundo se viene abajo cuando comienza a recibir extrañas cintas en las que se le ve a él y a su mujer (Patricia Arquette) en su propio hogar, tiene todo lo que ansío encontrar en el cine del genial director: terror y paranoia, sin ser una cinta de género propiamente dicha. Posteriormente el realizador declararía que el muy mediático juicio contra O.J. Simpson por asesinato le sirvió, involuntariamente, de inspiración a la hora de escribir el guión. Guión en el que también colaboró el escritor Barry Gifford, cuya novela Corazón salvaje (Wild at Heart) había sido adaptada por el propio Lynch siete años antes.


Carretera perdida no es sólo una película de intriga. Es cine claustrofóbico, hipnótico, enfermizo, adictivo… No hay suficientes adjetivos para definir un trabajo de estas características. Además, son tantas sus virtudes (su logradísima atmósfera, la escalofriante banda sonora firmada por el siempre estimulante Angelo Badalamenti, la labor de los actores…) que me podría pasar varios párrafos enumerándolas. Eso sí, este tipo de largometrajes no son aptos para los que gusten de películas más convencionales (de esas que nos dan todo bien masticadito, no sea que nos dé por pensar) o no comulguen con el peculiar universo creado por el talento detrás de títulos como Cabeza borradora (Eraserhead), Twin Peaks o Terciopelo azul (Blue Velvet). Los que sí lo hacemos seguiremos disfrutando de este genio incombustible y de sus nada convencionales obras.

Lo mejor: Es aterradoramente fascinante.

Lo peor: Que cierto giro argumental despiste a los que desconozcan cómo se las gasta el bueno de Lynch.

Puntuación: 8,5/10.

No hay comentarios:

Publicar un comentario