martes, 16 de enero de 2018

The End of the F***ing World (Episodio Piloto)

Título original: The End of the F***ing World. Año: 2017. País: Reino Unido. Género: Drama, Comedia Negra. Director: Jonathan Entwistle. Guionistas: Jonathan Entwistle y Charlie Covell (adaptando la novela gráfica de Charles S. Forsman). Intérpretes: Jessica Barden, Alex Lawther, Christine Bottomley, Navin Chowdhry, Emma Appleton, Steve Oram, Kelly Harrison.

La última sensación de Netflix es una serie inglesa que mezcla drama y comedia (negra; negrísima), que adapta unos cómics (obra de Charles S. Forsman) y que se estrenó el año pasado en el Reino Unido (conviene señalar que la misma ha sido producida por Channel 4; primero en forma de corto, también dirigido por Entwistle, y ahora como serie), pero que nos llega a nosotros (en lo que podríamos considerar su estreno internacional) este enero y cuya primera temporada se compone de tan sólo 8 capítulos (de unos 20 minutos aproximadamente cada uno). Su título: The End of the F***ing World

 
El argumento gira en torno a dos jóvenes, Alyssa (Jessica Barden) y James (Alex Lawther); dos inadaptados (él, además, se define a sí mismo como “alguien sin sentido del humor” y como “seguramente un psicópata”) que inician una relación. Alyssa se siente atraída por James casi desde el minuto uno; él, por su parte, sueña con cómo podría acabar con la vida de ella… Juntos protagonizan una huida hacia ninguna parte. Pero, ¿de qué nos suenan estos actores? Lawther interpretó a la versión juvenil de Benedict Cumberbatch (es decir, a Alan Turing) en Descifrando Enigma (The Imitation Game), pero también le hemos podido ver en uno de los capítulos de la tercera temporada de la prestigiosa Black Mirror. Barden, por su parte, ha participado en películas como Hanna, donde su personaje trababa amistad con el de Saoirse Ronan, Tamara Drew, la cinta de Stephen Frears sobre una joven periodista (Gemma Aterton) que regresaba a su pueblo natal ante la inminente venta de la casa en la que se había criado, o Langosta (The Lobster), la nada complaciente distopía dirigida por Yorgos Lanthumos, Canino (Kynodontas), y protagonizada por Colin Farrell. También en series como la longeva Coronation Street (en antena desde 1960) o Penny Dreadful. Fue, además, la protagonista femenina del corto que mencionaba antes y que dio pie a la serie que hoy nos ocupa: TEOTFW.

 
The End of the F***ing World transpira angustia juvenil (Smells Like Teen Spirit, que diría Nirvana) por los cuatro costados. Digamos que estamos ante una especie de versión hardcore de la novela juvenil por antonomasia: El guardián entre el centeno (The Catcher in the Rye), de J.D. Salinger; o, por qué no decirlo, de Ghost World, el cómic de Daniel Clowes sobre dos amigas adolescentes (llevado a la gran pantalla con Thora Birch y Scarlett Johansson en los papeles principales) que tratan de encontrar su hueco en el mundo (resumiéndolo así, de muy malas maneras). Si bien, esta serie también rezuma mucha mala leche (véase la primera cita de nuestros protagonistas en una cafetería). Y hasta cierta lucidez (Alyssa, harta de que sus amigas se comuniquen a través del móvil a pesar de estar sentadas en la misma mesa, decide estrellar el suyo contra el suelo). Digamos también que bebe de muchas fuentes cinematográficas; o, mejor dicho, de varios cineastas: el John Watters más irreverente, el Gregg Araki de Vivir hasta el fin (The Living End), y su juventud alienada, o el Todd Solondz de Bienvenidos a la casa de muñecas (Welcome to the Dollhouse), y su marginada protagonista, y Happiness, y su grupo de personajes amorales. Resulta complicado, volviendo a la serie, simpatizar con los personajes (principales) y con sus actos, pero su ágil narración y su ajustada duración (como decía al principio, la temporada se compone de tan sólo ocho capítulos de 20 minutos de duración), sobre todo en estos momentos de extrema saturación (audiovisual en general y televisiva en particular; la mal denominada “caja tonta” está viviendo un gran momento de esplendor gracias a la calidad que nos ofrecen sus muchas, y muy variadas, producciones de ficción), hacen de The End of the F***king World una de las primeras citas cuasi ineludibles de este recién estrenado 2018.

Lo mejor: Es un producto a contracorriente; muy políticamente incorrecto; incluso un tanto perturbador. También la presentación de personajes (por mucho que me contraríe la perversidad de alguien como James y su fijación por matar animales; pero claro, recordemos que prácticamente se presenta como un psicópata/sociópata).

Lo peor: Un humor capaz de herir muchas sensibilidades. No estamos ante un trabajo para todos los públicos y sí ante uno de esos capaces de producir un gran rechazo en el espectador medio.

Puntuación: 6,5/10.

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