sábado, 20 de enero de 2018

Fast Food Nation

Título original: Fast Food Nation. Año: 2006. País: Estados Unidos. Género: Comedia, Drama. Director: Richard Linklater. Guionistas: Richard Linklater y Eric Schlosser (adaptando el libro de este último). Intérpretes: Greg Kinnear, Kris Kristofferson, Catalina Sandino Moreno, Ethan Hawke, Patricia Arquette, Bobby Cannavale, Lou Taylor Pucci, Bruce Willis, Avril Lavigne, Esai Morales, Paul Dano, Luis Guzmán, Wilmer Valderrama, Ashley Johnson, Ana Claudia Talancón, Ellar Coltrane, Glen Powell.

Fast Food Nation es una película coral (de esas con un gran reparto y en la que las historias de unos y otros se cruzan a lo largo de todo el metraje) que mezcla comedia (casi negra; o menos almibarada de lo esperado) y drama con desigual fortuna. Por una parte nos encontramos con Don, interpretado por Greg Kinnear, nominado al Oscar por Mejor… imposible (As God as It Gets) y visto en comedias tan dispares como Pequeña Miss Sunshine (Little Miss Sunshine) o Tienes un e-mail (You’ve Got Mail), un ejecutivo de una compañía de comida rápida al que se le encomienda viajar hasta Colorado para descubrir por qué el contenido de heces es tan elevado en sus hamburguesas (sic; ¡hola, Ikea!). Por otro lado tememos a Ashley Johnson, a la que conocimos hace muchos años como la más pequeña de los hermanos Seaver en la serie Los problemas crecen (Growing Pains), dando vida a Amber, una joven con alma de activista que trabaja en una de las múltiples franquicias de dicha empresa. La parte más dramática corre a cargo de un grupo de inmigrantes mejicanos explotados en un matadero e interpretados por, entre otros, Catalina Sandino Moreno, nominada al Oscar por María, llena eres de gracia, Ana Claudia Talancón (El crimen del padre Amaro, Arráncame la vida) y Wilmer Valderrama, uno de los protagonistas de la teleserie Aquellos maravillosos 70 (That 70’s Show).


Dirigida con corrección por Linklater (Boyhood), Fast Food Nation dispone de un interesante guión, pero no logra (¡he aquí su gran fallo!) encuadrar el tono general (no logra el óptimo equilibro entre drama y comedia); el humor (cuasi negro; cuasi irónico) que vemos en las historias de, por ejemplo, Kinnear y Johnson desentona muy mucho del decididamente dramático presentado en la trama protagonizada por los inmigrantes, lo que provoca cierta irregularidad en la narración y, sobre todo, nula uniformidad en el conjunto. Tampoco ayudan los anecdóticos personajes de Bruce Willis (por muy “tarantiniano” que sea su discurso), Patricia Arquette (Oscar, en la categoría correspondiente de mejor actriz de reparto, por la ya nombrada, y maravillosa, Boyhood) o Ethan Hawke (actor fetiche del director), por mucho que este último sea quien haga reaccionar a la buena de Amber. Hablando de los actores implicados, sería completamente injusto no resaltar la labor de algunos de ellos, en especial la llevada a cabo por dos: Greg Kinnear y Catalina Sandino Moreno (atención a su escena final y a cómo logra expresarlo todo, y empleo a sabiendas la palabra todo para no dar ninguna pista sobre el paradero/devenir de su personaje, a la perfección simplemente con su mirada), aunque sólo sea porque son los que mejor saben transmitir el desencanto de sus respectivos roles.


El mensaje (al menos el principal) de la cinta (me) recuerda sobremanera al visto en Super Size Me, el documental en el que Morgan Spurlock se dedicaba a alimentarse, tres veces al día y durante todo un mes, a base de comida basura (con las consiguientes molestias médicas que ello le acarreaba); el problema es que, a pesar de toda su obviedad, la crítica que nos trasladaba dicho documental se destapa como mucho más clara (alimentarse a base de comida basura no puede traer nada bueno, eso lo sabe todo el mundo, otra cosa es que se tome(n) cartas en el asunto), concreta (Fast Food Nation no sólo trata dicho problema, sino que se dedica a abarca otros tantos, y tan duros, como el tráfico de armas, la explotación laboral, la inmigración, el acoso sexual o la especulación, lo que provoca que su discurso se acabe diluyendo con asombrosa facilidad) y amena (Super Size Me tiene claro lo que quiere contarnos, también cómo; Fast Food Nation no) que la que nos ofrece este trabajo. Ni un reparto de lo más llamativo (en el que destacan varios cameos y/o apariciones especialmente ciertamente relevantes; más por quiénes son que por lo que sus personajes aportan a la trama) logra que remonte el vuelo (por el camino se va perdiendo el tono irónico e historias como, por ejemplo, la que protagoniza el personaje de Johnson no se resuelven satisfactoriamente). ¡Ojo! Fast Food Nation es una película fallida (Linklater sigue siendo un gran creador de historias y personajes; un director y guionista al que nadie debería restarle méritos por embarcarse en retos tan diferentes como éste), pero no una mala película.

Lo mejor: Su reparto. Además de los ya nombrados, resaltaría la participación de Kris Kristofferson, en cuyo currículum encontramos títulos como Ha nacido una estrella (A Star is Born), Lone Star, Alicia ya no vive aquí (Alice Doesn’t Live Here Anymore) o Blade, Paul Dano (el hijo mayor del personaje de Greg Kinnear en la ya mencionada Pequeña Miss Sunshine); Bobby Cannavale (Broadwalk Empire); el puertorriqueño Luis Guzmán, actor de reparto en películas tan prestigiosas como Traffic, Magnolia y Boogie Nights); o la cantante Avril Lavigne.

Lo peor: La poca fortuna que corre su mezcla de géneros (o cierta indefinición, fruto de dicha mezcolanza). Seguramente hubiese acertado más decantándose por uno.

Puntuación: 5,5/10.

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